Brest. Un mensaje a sus abuelos durante el Tour de Francia podría costarle caro. El juicio contra la espectadora que, con su pancarta, provocó en junio una multitudinaria caída en la primera etapa, comienza este jueves en Brest (oeste).
"Allez opi-omi!" (Vamos abuelito-abuelita) rezaba la pancarta de cartón que esta joven de 31 años mostraba a cámara, de espaldas a los ciclistas, para saludar a sus abuelos, incondicionales de esta popular competición el pasado 26 de junio.
La carrera discurría entonces por Sizun, una localidad situada a 45 kilómetros de la meta de la primera etapa, cuando varios ciclistas no pudieron esquivar a la mujer y su pancarta. El alemán Tony Martin fue el primero en caer, seguido de otros.
Su mensaje dio la vuelta al mundo, pero las consecuencias de lo que esta joven calificó de "estupidez" fueron graves. "Hizo que medio centenar de corredores cayeran, algunos tuvieron que retirarse", lamentó la organización internacional de ciclistas CPA.
Entre los corredores que tuvieron que abandonar se encuentra el alemán Jasha Sütterlin (DSM) y el español Marc Soler (Movistar). Este último, vencedor de la competición París-Niza en 2018, acabó con tres fracturas en el brazo izquierdo.
"El daño sufrido (…) es físico, moral y económico. Un atleta entrena durante meses para una gran vuelta y no es aceptable que ese duro trabajo (…) desaparezca en un instante por la búsqueda de popularidad", dijo el jefe de la CPA, Gianni Bugno.
La única asociación de ciclistas reconocida por la Unión Ciclista Internacional (UCI) precisó no obstante que sólo pide un euro simbólico a la mujer para concienciar sobre la adopción de "actitudes responsables y respetuosas con los corredores".
Numerosas caídas
En el juicio, que empieza a las 13:30 (11:30 GMT), la joven se enfrenta a 15 mil euros de multa y a un año de prisión por "poner en peligro a otras personas" y por "lesiones involuntarias" que provocaron una incapacidad laboral "no superior a tres meses".
Las imágenes de esta mujer, vestida con un chubasquero amarillo y que luce la pancarta con una gran sonrisa antes de ser golpeada por el pelotón, dieron la vuelta al mundo, generando un gran interés mediático, máxime cuando desapareció durante días.
Cuatro días después de los hechos, cuando se activó un llamado a testigos, la mujer acudió a la comisaría de Landerneau, encargada de la investigación y donde fue detenida, al no soportar más la presión mediática.
"La acusación le provocó un sentimiento de vergüenza, de miedo a las consecuencias de su acción. Dice estar angustiada por la repercusión mediática de lo que llama su 'estupidez'", subrayó en julio el fiscal de Brest, Camille Miansoni, en rueda de prensa.
El abogado de esta mujer presentada como "débil", Julian Bradmetz, indicó el lunes a la Afp que no haría comentarios al respecto. Según fuentes cercanas al caso, podría alegar la mala organización de la carrera y la falta de seguridad.
La 108ª edición del Tour de Francia estuvo marcada por numerosas caídas y abandonos. La organización de la carrera, que anunció en un primer momento su intención de denunciar a la mujer, renunció finalmente para "apaciguar las cosas".