La antología Covid-19: narrativa mexicana joven sobre, desde y contra la pandemia es un compendio testimonial y casi sociológico de 15 textos en torno a “los miedos que tuvimos y nuestras acciones ante la incertidumbre”, explica Danush Montaño Beckmann, uno de los autores incluidos en el título presentado en la Feria Internacional del Libro (FIL) del Zócalo.
La selección de los textos correspondió a los editores de la revista electrónica Tierra Adentro y el Fondo de Cultura Económica en los géneros de testimonio, crónica, reseña, relato y literatura gráfica de 14 autores distintos, “escritos desde un yo, desde la subjetividad. Eso es una virtud porque los vuelve imperecederos. No se agotan ni caducan tan rápido”, agrega Da-nush Montaño.
“El promedio de edad de los autores está entre 34 y 35 años. Millenials. Se percibe una cierta coincidencia de visión en cuanto a cómo vivimos la pandemia y se traduce en mucha incertidumbre. Tenemos la vida por delante pero una existencia muy oscura porque también tenemos la crisis climática.”
Montaño Beckmann refiere que el título está compuesto de manera cronológica y recorre las diferentes etapas de la pandemia: “los primeros dos textos están escritos por autores que estaban en Europa cuando empezó la pandemia. Los que siguen abordan más cuando se empezaron a desarrollar los grandes picos de contagio.
“El último trabajo es un cómic que explora la nueva forma de habituarnos a la pandemia, cómo aprendimos a vivir con ella, tener el cubrebocas, la costumbre de tener juntas por Zoom, etcétera”.
Danush Montaño afirma que su texto “Powerpoints y pandemias” trata el momento en que mantenemos distancia social. “Tuvimos que evolucionar o adaptarnos a esa forma de relacionarnos. Ya teníamos borracheras a través de Zoom, cotorreando con los cuates, o las reuniones familiares se pasaron a ese medio también.
El escritor menciona que su favorito es “Cinco instantáneas”, de Aldo Rosales Velázquez, con cinco pequeñas narraciones centradas en personas que carecieron “del privilegio que muchos tuvimos de podernos quedar en casa y trabajar a distancia; habla sobre las personas que se dedican al ambulantaje u ofrecen sus servicios en la explanada del Zócalo. Una perspectiva muy fresca que a veces se deja de lado por la inequidad que impera.
“También me gusta el de Daniela L. Guzmán, ‘La literatura distópica me hace sentir bien’, porque es una aproximación desde la crítica literaria. Ella se pregunta sobre el valor de la literatura especulativa viviendo un momento como la pandemia, que parece distópico.
“Este texto y el de ‘Ocupación: viajera del presente’, de Christina Soto van der Plas, serían los dos que tratan más de lo político y económico. El primero hace un cuestionamiento sobre la pertinencia del sistema neoliberal ante tanta crisis y la perspectiva climática. El segundo desde el sistema económico y cómo las nuevas aplicaciones como Rappi y Uber Eats transforman la vida y nos rigen a pesar de tener modelos bastante abusivos en cuanto a derechos laborales”.
En tanto, continúa Danush Montaño, en “Me inocularon el virus en Tepito y se activó un año después en el picadero de Jamaica, o cómo pude evitar el contagio practicando la permacultura”, Diego Rodríguez Landeros “con mucho sentido del humor trata este tipo de paranoia que seguimos teniendo muchos en cuanto al contagio.
“Hay varios que traen la onda filosófica. ‘Desde mi balcón: conversaciones en el encierro’, de Nicolás Ruiz, o ‘Los días y las horas adentro’, de Zel Cabrera, nos brindan una perspectiva filosófica o sociológica de qué es habitar desde nuestro oficio como escritores una pandemia, una crisis de esta magnitud.”