En México, la tasa de crímenes cometidos por la delincuencia organizada ha aumentado en 40.5 por ciento desde 2015. “Esto se debe a la fragmentación de las principales organizaciones delictivas y a la proliferación de grupos organizados más pequeños que han intensificado la competencia por el territorio, el acceso a las rutas del narcotráfico y el control de las actividades ilícitas”, señala el estudio Índice de Paz México 2021, del Instituto para la Economía y la Paz (IEP).
En el documento se señala que “la violencia con armas de fuego ha aumentado en consonancia con la actividad de la delincuencia organizada y los enfrentamientos violentos entre grupos delictivos rivales han elevado la tasa de homicidios” en el país, de tal manera que en 2020 “se estimó que hasta dos tercios de los homicidios ocurridos en México estaban relacionados con la delincuencia organizada”.
El organismo fue fundado en 2007 por el empresario Steve Killelea y realiza investigaciones a nivel global en las “que analiza las relaciones entrelazadas entre los negocios, la paz y el desarrollo económico”; uno de sus integrantes a nivel internacional es Andrew Semmel, asesor de Naciones Unidas y del gobierno de Estados Unidos.
En el informe correspondiente a México, se menciona que “entre 2015 y 2019, en 25 de los 32 estados se registró un deterioro de la paz. Sin embargo, en 2020 mejoraron 22 entidades, mientras sólo 10 registraron deterioro. La violencia en México se ha concentrado cada vez más, particularmente a lo largo de las rutas clave del tráfico de drogas.
“En 2020, sólo seis estados concentraron más de la mitad de todos los homicidios: Guanajuato, estado de México, Baja California, Chihuahua, Jalisco y Michoacán”.
A escala mundial, México “ocupa el puesto 71 de 163 países en el Índice de Paz Positiva y el sexto lugar en Centroamérica y el Caribe”, refiere el IEP, el cual “estima que el impacto económico de la violencia en México fue de 4.71 billones de pesos (221 mil millones de dólares) en 2020, lo que equivale a 22.5 por ciento del PIB” nacional.
Asimismo, los niveles de violencia también han afectado a las fuerzas de seguridad, ya que “en 2020 fueron asesinados 524 policías” y “la evidencia inicial sugiere que los cárteles se han adaptado en gran medida al entorno operativo por lapandemia de Covid-19 mediante la diversificación de sus métodos de venta de drogas y la expansión de los puntos de distribución.
“Los grupos de delincuencia organizada han empleado métodos más antiguos, como túneles subterráneos, y otros más nuevos, como el uso de drones, para contrabandear drogas a través de la frontera entre Estados Unidos y México.
“Los organismos encargados de hacer cumplir la ley también han detectado un aumento en el uso de criptomonedas para transacciones de drogas y lavado de dinero en 2020”, refiere el informe.