Cristopher James Barousse, dirigente de la Red de Jóvenes por México de 2012 a 2016, fue encarcelado y llevado a juicio por la administración del ex gobernador Javier Corral Jurado. Asegura que se le procesa con base en falsos testimonios y haber sido objeto de tortura sicológica durante los cuatro meses que estuvo encarcelado. Ahora enfrenta su juicio en prisión domiciliaria.
Para evitar que se evada, “mi casa es vigilada por ocho policías 24 horas diarias. Debo portar un brazalete electrónico y recibir la visita de actuarios judiciales tres veces al día”.
Acusado de haber recibido ilegalmente 2.6 millones de pesos del gobierno de César Duarte, James Barousse, en entrevista con La Jornada, señala que fue detenido sin orden de aprehensión y que una vez encarcelado en el Centro de Readaptación Social número 1 de Aquiles Serdán, en varias ocasiones lo sacaron de su celda, lo llevaron a la enfermería y lo presionaron para que firmara supuestas declaraciones que involucraban a Maru Campos, entonces alcaldesa de la ciudad de Chihuahua, recibiendo dinero de manera ilícita.
“Me levantaron a las cuatro de la mañana para realizar supuestos chequeos médicos. Me llevaban a la enfermería del penal. Un cuarto donde no había cámaras, supuestamente por cuestiones de privacidad. Allí, dos fiscales me amedrentaban y exigían que me convirtiera en testigo colaborador. Me decían: ‘quiero que firmes esto’. Me enseñaban carpetas enormes. ‘Di que viste a Duarte entregarle dinero a Maru Campos (actual gobernadora de Chihuahua), y me negué a ello”.
En 2012, Barousse fue dirigente del Comité Ejecutivo Nacional de la Organización Juvenil del PRI, la cual a partir de 2014 se denominó Red de Jóvenes por México. En 2019, además de sus actividades partidistas, moderaba un programa de opinión política en una estación local. Considera que sus comentarios molestaron al gobierno de Javier Corral y por ello lo acusaron de haber recibido financiamiento ilícito, aplicando de manera retroactiva la reforma electoral estatal de 2015, con referencia a supuestos actos ocurridos.
“Corral ejercía tortura contra sus opositores, y en mi caso me cumplió las amenazas que me hicieron sus funcionarios durante cuatro años.
“Directamente no tuve contacto con Corral, pero mis abogados sí, una vez que ya estuve detenido. Los buscaron y les hicieron el siguiente ofrecimiento: ‘le damos el criterio de oportunidad (para convertirse en testigo protegido), también que repare el daño en abonos chiquititos sólo para cumplir con el papeleo jurídico, pero que no lo pague’.
“Ellos se referían a que había una supuesta caja chica de César Duarte, una nómina secreta en la que se daba dinero a más de 500 personas, según las carpetas de investigación, pero de esos 500 señalados sólo vincularon a dos, a la entonces alcaldesa de Chihuahua, Maru Campos, y yo”, declaró James Barousse a este diario en entrevista telefónica.
El ex dirigente priísta confía en que “pronto se modifiquen por decisión judicial las medidas cautelares que me impusieron, también que el proceso concluya con una declaración de inocencia, porque el caso fue construido con pruebas falsas y una legislación inexistente en las fechas en que supuestamente ocurrieron los delitos”.