“No tengo ningún preferido, ninguna preferida; eso lo decidirán los ciudadanos mediante encuesta”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador al responder a la pregunta de si Claudia Sheinbaum es su favorita para la candidatura presidencial de Morena.
En su conferencia matutina, adelantó que en la ONU abundará sobre la descomposición que provoca la corrupción, no sólo en México, sino en el mundo.
También anunció que el 20 de noviembre habrá desfile y se utilizarán caballos y locomotoras. Días después, dijo, el primero de diciembre, en acto multitudinario (en el Zócalo) dirigirá un mensaje a la nación.
Entre los distintos temas abordados en Palacio Nacional tocó el de los gobernadores, que ahora podrán participar más en la coordinación de los programas sociales.
Entre sus actividades privadas, el mandatario se reunió con Layda Sansores y Miguel Ángel Navarro, gobernadores de Campeche y de Nayarit, respectivamente.
En el Salón Tesorería del recinto histórico descartó su intervención en el proceso sucesorio, pues “la gente está muy despierta; se hace una encuesta, dos, tres, y se ve quién es quién, y se resuelve el problema; es el método que considero más conveniente. Ya está en los estatutos y en su momento se va a resolver. Yo creo, y esto no sólo para Morena, para todos los partidos, que no haya imposición; para eso están las encuestas”, recomendó.
Ya se le había hecho la pregunta: ¿se puede afirmar que Claudia (Sheinbaum) es su preferida para sucederlo?, y el Presidente amplió su respuesta: “Está buena la pregunta –y volteó a mirar a sus funcionarios–: yo siempre he respetado la voluntad y deseos de la gente. No he actuado de manera antidemocrática en toda mi vida pública, y me tocó fundar Morena. Hubo dos cosas que nos ayudaron mucho a resolver conflictos: una, que se puede hacer encuestas para elegir a los candidatos, lo que está en los estatutos del partido.
“Lo otro, que logramos también que esté en estatuto –y evitó mucho conflicto–, es que haya insaculación para los plurinominales.” Así, repuso, “yo no debería estar tratando este asunto, pero estoy muy contento porque afortunadamente hay relevo generacional.”
Entre sus distintas actividades, López Obrador se reunió –la víspera– con el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, a quien también delegó la coordinación de los programas de ayuda gubernamental. Se trata, dijo, de reunirnos con todos los mandatarios que están entrando para ayudarlos y podamos trabajar de manera coordinada.
“Muchos están recibiendo sus gobiernos con déficit, con falta de recursos; tienen deudas de corto, mediano y largo plazos, pero estamos haciendo el compromiso con ellos de ayudarlos para que se dé prioridad a las nóminas, que no se retrasen los pagos a los trabajadores al servicio del Estado.”
–¿Y esto sería con todos los gobernadores, o sólo en los casos de las administraciones morenistas?
–Vamos a empezar con los que están entrando y lo haremos con todos.
–Entonces, ¿no implica la desaparición de los (super)delegados que se encargan de los Programas de Bienestar?
–No. En el caso de los programas de Bienestar, se mantienen, pero se están llevando a cabo de manera directa. Ahora que vamos a tener los bancos o las sucursales del Banco del Bienestar, el adulto mayor va a tener su tarjeta y no va a necesitar más que ir al banco a sacar lo que por derecho y justicia le corresponde; ya no habrá intermediarios, que es el objetivo.