Chicago. Los agentes federales de migración de Estados Unidos cesarán los arrestos masivos de indocumentados en sus lugares de trabajo, de acuerdo con un memorando emitido ayer por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
En lugar de ello, el enfoque estará en los “empleadores sin escrúpulos que explotan la vulnerabilidad de los trabajadores migrantes” y en el combate al maltrato de éstos, como el pago de bajos salarios, condiciones laborales peligrosas y tráfico humano.
El memorando ordena a los directores de los servicios de inmigración (ICE), aduanas (CBP) y ciudadanía (USCIS) elaborar en dos meses un plan para aumentar las penalizaciones a empleadores, alentar a los trabajadores a reportar prácticas inescrupulosas sin temor y coordinarse con otras agencias, como el Departamento de Trabajo.
Las redadas en sitios de trabajo fueron comunes durante la presidencia de Donald Trump, incluido el operativo de 2019 en plantas procesadoras de pollo en Misisipi, la mayor acción de ese tipo en más de una década.
Grupos de trabajadores calificaron esas redadas de injustas y discriminatorias, pues la mayoría de los 680 trabajadores arrestados en plantas de la compañía Koch Foods eran latinos.
“El despliegue de operaciones masivas en lugares de trabajo, que resultaron en arrestos simultáneos de centenares de trabajadores, no estaba enfocado en el aspecto más pernicioso del problema del empleo no autorizado: los patrones explotadores”, escribió Mayorkas.
Además de poner fin a esos arrestos masivos, Mayorkas expresó que las autoridades de migración deberían recurrir a la “discrecionalidad procesal”, para alentar a los trabajadores a denunciar explotación en su lugar de trabajo y prevenir que los patrones usen amenazas de deportación como represalia.
Agregó que la nueva estrategia ayudará a crear igualdad.
Grupos laborales aplaudieron el anuncio, al señalar que los trabajadores indocumentados son vulnerables. Industrias como las empacadoras de carne y procesamiento de pollo utilizan mucha mano de obra inmigrante para tareas duras, a menudo en áreas rurales con escaso acceso a abogados.
Más de 11 millones de indocumentados viven en Estados Unidos, de acuerdo con cifras del Departamento de Seguridad Nacional.