Ciudad de México. Durante el lanzamiento de la campaña Paz sin armas promovida por diversas organizaciones no gubernamentales, Global Exchange informó que entre 2006 y 2019 el 80 por ciento del armamento importado legalmente por México provino de Estados Unidos, país de donde se introdujeron además el 70 por ciento de las armas ilegales al país. En ese periodo, según la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos se importaron legalmente 147 mil armas de diverso calibre.
De acuerdo a organizaciones como Stop Us Arms to Mexico, Centro de estudios Ecuménicos, Global Exchange, en México la Secretaría de la Defensa Nacional tiene el monopolio de la importación, producción y comercialización, pero su operación, denunciaron, se realiza en total opacidad porque en la gran mayoría de estas importaciones, el destino final no eran las fuerzas armadas sino las corporaciones policiacas, con el agravante de que en posesión de estas se han “extraviado” muchas que posteriormente son utilizadas por el crimen organizado.
En un balance sobre el impacto de la creciente adquisición de armas en México, va más allá de la militarización en las estrategias de seguridad, sino que tiene otros impactos en el uso cotidiano. Nancy Carmona de Equis, Justicia para las Mujeres denunció que en el marco del recrudecimiento de feminicidios en México, el uso de armas de fuego provocaba en 2006 3 de cada 10 muertes violentas de mujeres, en tanto que para 2020, se duplicó, pues ahora se cometen seis, con la característica que ahora cada vez son más los asesinatos en vía pública.
El pronunciamiento de varias organizaciones en demanda de una Paz sin armas destacan que “la violencia armada se ha incrementado drásticamente en México durante los últimos años. Si bien este tipo de violencia responde a múltiples factores, la cercanía con los Estados Unidos, siendo el mayor productor y consumidor de armas de fuego en el mundo, así como la decisión de militarizar la seguridad en México”.
Al denunciar la falta de transparencia en la internación de armas al país -más allá de las que se introducen de manera ilegal – cuestionaron la opacidad asumida por la Sedena. La gravedad de este comportamiento se evidencia, dijeron, porque según información de la secretaría de Relaciones Exteriores y la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego estadounidense, del total de armas recuperadas en México en escenas de crimen “entre el 70 y 90 por ciento fueron importadas desde Estados Unidos”.
Por ello, demandaron al gobierno federal adoptar una estrategia puntual y transparente para dar seguimiento adecuado a las importaciones legales de armas al país que incluya: registros, transparentes; controles y rastreo del uso final del armamento; diseñar una política pública sobre el control de armas en el país, entre otros aspectos.