Representantes de la industria farmacéutica reiteraron la necesidad de que haya diálogo y coordinación del gobierno federal con los actores que intervienen en la producción y comercialización de medicamentos en el país, con el objetivo de garantizar que los enfermos cuenten con una atención médica oportuna.
Juan de Villafranca, director de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf), y Patrick Devlyn, presidente de la Comisión de Salud del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), subrayaron que para la compra consolidada de medicamentos y material de curación del próximo año sigue como un pendiente su planeación, la cual permitiría a los fabricantes actuar con tiempo y ser puntuales en la entrega de sus productos.
Ambos participaron ayer en la inauguración de la Medical Expo –que se realiza en el World Trade Center y concluye mañana–, donde se presentan las innovaciones en el sector de dispositivos médicos.
El director de la feria, Carlos Salazar Gaytán, resaltó que a nivel global esta industria asentada en el país ocupa el séptimo sitio como exportador y el primero en América Latina y el Caribe, con lo que cubre 70 por ciento de las exportaciones de la región.
Jorge Alarcón, director de Dispositivos Médicos de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), señaló que a pesar de su nivel de competencia, en el ámbito nacional el consumo per cápita de estos insumos está en el lugar 45, principalmente por la falta de información.
Destacó que en el país se fabrican más de 10 mil productos de 75 especialidades médicas. Existen 240 plantas y es la industria que mayor número de trámites regulatorios lleva a cabo, con más de 15 mil cada año.
En cuanto a las compras de medicamentos que realiza el sector público, José Carlos Ferreyra, presidente del Instituto Farmacéutico (Inefam), planteó que en nuestro país se pasó de las licitaciones públicas consolidadas a compras de emergencia, lo cual significó un aumento de 20 por ciento en los precios de las medicinas y de más de 50 por ciento en los dispositivos médicos. Las instituciones pagan más y hay menos garantía de abasto de los insumos para los pacientes, afirmó.
Al respecto, De Villafranca resaltó que en la producción de medicamentos y dispositivos no se puede improvisar. Eso cuesta la salud y vidas de las personas, puntualizó.
A su vez, Devlyn mencionó que los cambios impulsados en el Sistema Nacional de Salud en esta administración “no han sido implementados del todo, lo que nos ha alejado del objetivo para mantener a las personas en el centro de lo que hacemos”.