El ecosistema de manglares, que sólo crece y se mantiene en lagunas de costa, se encuentra de forma inusual en el corazón de la selva maya, a 200 kilómetros del mar, en el río San Pedro Mártir, que corre desde las selvas de El Petén, en Guatemala, hasta la región de Balancán, en Tabasco. Ahí se encuentra una frondosa vegetación de mangle rojo que tiene unos 125 mil años de existir, relicto de un periodo cálido del planeta, reporta un grupo de investigadores mexicanos y estadunidenses en un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los expertos encontraron que el ecosistema de mangle rojo con las especies y la apariencia típicas de un bosque costero, que se encuentra en el borde del escudo calcáreo de la península de Yucatán, es un vestigio de una etapa cálida en la que el mar ascendió entre seis y nueve metros más de lo actual, altura suficiente como para inundar las tierras bajas de Tabasco y llegar hasta las riberas del río San Pedro.
El estudio “Relicto del ecosistema de manglares interior” revela el último nivel del mar interglacial y fue liderado por los ecólogos Octavio Aburto-Oropeza, Paula Ezcurra, Sula Vanderplank y Exequiel Ezcurra, y permite entender las consecuencias del cambio climático pasado y futuro, indica.
El mangle rojo (Rhizophora mangle) y otras especies presentes en este ecosistema se dispersan obligadamente por el agua de mar, su presencia tierra adentro en las selvas de El Petén es sorprendente y era difícil de explicar, hasta que el equipo de investigadores se organizó para responder a la interrogante de cómo esas especies costeras se encuentran tan lejos del mar, detalla el reporte.
Refiere que a partir de información genética, geológica y florística, con modelos de ascenso del nivel del mar, se encontró que los manglares llegaron al río San Pedro durante el último periodo interglaciar, hace unos 125 mil años, y permanecieron allí aislados mientras los océanos descendían durante la última glaciación.
Oportunidad para entender efectos del cambio climático
El documento indica que estos hallazgos subrayan el extenso impacto que tuvieron los cambios climáticos en el pasado sobre las costas del planeta y demuestran que durante el último interglaciar la mayor parte de las planicies costeras del Golfo de México se encontraban bajo el agua. Con esta visión del pasado se abren oportunidades para entender mejor los posibles escenarios futuros de ascenso del nivel del mar a medida que el calentamiento global avance en un planeta dominado por el accionar de los humanos, agrega.