El aumento de los precios de la energía y los cuellos de botella generalizados en el suministro están enviando impulsos de estanflación (situación económica que se caracteriza por un estancamiento económico a la vez que persiste el alza de los precios y el aumento del desempleo) a toda la economía mundial, señala Barclays Economics Research.
De acuerdo con Christian Keller y Akash Utsav, analistas de la unidad de análisis de Barclays, la evolución de los precios de la energía y otros cuellos de botella de la oferta siguen dominando las preocupaciones en los mercados financieros. “La gran variedad de perturbaciones de la oferta y su naturaleza subyacente complican cualquier predicción sobre su duración. Sin embargo, ya han sido más persistentes de lo que se pensaba inicialmente, y los datos entrantes muestran una desaceleración de la actividad más rápida de lo previsto, mientras que las presiones sobre los precios siguen siendo elevadas”, precisaron los especialistas.
La duración de esta dinámica es incierta, lo que supone un reto para los responsables políticos, que tendrán que equilibrar su deseo de apoyar la recuperación con el riesgo de dejar que las expectativas se desanimen.
Las persistentes interrupciones de la oferta suponen un impulso estanflacionario para la economía mundial, ya que ahora también afectan cada vez más a la actividad, lo que ya ha provocado impresiones de inflación obstinadamente superiores a las esperadas durante muchos meses.
“En consecuencia, hemos rebajado nuestras previsiones de crecimiento para el tercer trimestre en Estados Unidos, en 1.5 puntos porcentuales, hasta 3 por ciento. Esto se traduce en una reducción del avance anual esperado para 2021 de 5.6 por ciento.
“Del mismo modo, elevamos nuestras vaticinios de inflación para varias economías emergentes (por ejemplo, México), donde el incremento será de 6.4 por ciento a finales de 2021, debido al aumento de los precios agrícolas mundiales ejerce una presión adicional sobre las cestas del Índice Nacional de Precios al Consumidor, que suelen tener una mayor proporción de productos alimentarios”, describieron Keller y Utsav.
Frente a estos vientos en contra, cabe señalar que la naturaleza de la reciente desaceleración –interrupciones de la producción impulsadas por la oferta– debería, en principio, sentar las bases para una recuperación del crecimiento de aquí a unos pocos trimestres, durante 2022, cuando algunos de los cuellos de botella por fin remitirían.
Otro impulso potencialmente importante, pero también incierto, para el crecimiento podría provenir del exceso de ahorro restante en Estados Unidos y Europa.
Los datos de actividad han tendido a sorprender a la baja en las últimas semanas, ya que el anterior impulso en el sector de los servicios gracias a la reapertura de las economías se ha desvanecido.
Y es que las perturbaciones de la oferta, incluido el reciente aumento de los costos de la energía, pesan cada vez más sobre la producción; y la economía de China sigue desacelerándose.