Los Ángeles., Antes de ser Batman, Michael Keaton hizo su estreno en el género dramático con Clean and Sober, poderosa mirada a la adicción a la cocaína en los Estados Unidos de 1980.
Tres décadas después, el actor está listo para volver sobre el tema.
Antes del estreno el año que viene de The Flash, en la cual Keaton interpreta una antigua versión de Batman, el actor protagoniza Dopesick, miniserie en torno a la más reciente epidemia de drogas en Estados Unidos: la crisis de los opioides.
“No tiendo a regresar a los temas, pero esto es un asunto social, y hay mucho más que contar. Enciende una luz sobre la clase alta estadunidense y su culpa”, aseguró a un panel de la Asociación de Críticos de la Televisión.
La serie se estrenará el miércoles en la plataforma Hulu y está basada en un libro de no ficción de Beth Macey (Dopesick: Dealers, Doctors and the Drug Company that Addicted America).
El drama aborda cómo la farmacéutica Purdue Pharma promovió de forma agresiva OxyContin, analgésico altamente adictivo, que se considera responsable por la crisis de los opioides que ha causado medio millón de muertes por sobredosis en Estados Unidos desde 1999.
Los ejecutivos de Purdue el año pasado se declararon culpables ante cargos criminales que incluían defraudar agencias federales de salud al minimizar la naturaleza adictiva de la medicación y pagar comisiones ilegales a los doctores.
Macey, una periodista estadunidense, dio seguimiento a la muerte de personas como estrellas de futbol y madres de clase media, en la región este de Estados Unidos, epicentro de la epidemia.
A diferencia de las décadas de “la guerra contra las drogas”, en las que las autoridades se enfocaron en encerrar a los usuarios –como los adictos al crack, muchas veces provenientes de minorías–, “esta vez 70 por ciento de las sobredosis que ocurrieron el año pasado eran por opioides”, afirmó la coprotagonista Rosario Dawson. “Esto afecta a la gente en todo el país, en el mundo”.
En un pueblo minero
En la serie, Keaton interpreta a un doctor en un pequeño pueblo minero, y Dawson a una oficial gubernamental antinarcóticos, quienes comienzan a descubrir la escala de la crisis.
Ambos amalgaman múltiples entrevistas de la vida real hechas por Macey.
Kaitlyn Dever (Booksmart) encarna a una trabajadora en las minas que se lastima la espalda y recibe una prescripción de OxyContin.
Ella “está completamente desprevenida de lo que va a ocurrir en su vida, y termina cayendo en un abismo, sin control”, señaló.
Era un destino común para miles de estadunidenses que recibieron prescripciones de opioides increíblemente potentes para heridas menores, por médicos que recibían bonos de gigantes farmacéuticas como Purdue.
Cuando cortaban sus prescripciones, muchos pacientes compraban heroína en la calle para lidiar con los efectos de la abstinencia.
Algunos adictos se convirtieron en mulas, forzados a realizar trayectos peligrosos para traficar narcóticos de las ciudades a las comunidades rurales, y recibían heroína como pago, lo que no hacía sino agravar sus problemas.
“Si realmente se observa el daño exponencial que suele causar la delincuencia de cuello blanco en comparación a la de un chico –digo del centro de la ciudad, pero podría ser del campo que vende una bolsa de hierba para ayudar a pagar su alquiler–, ¿cómo se pueden comparar las dos cosas?”, preguntó Keaton.
El actor de 70 años nació y fue criado en Pensilvania, cerca del corazón de una región donde la crisis “infiltró a todas las clases sociales”.
Para Danny Strong, creador de la serie, la inspiración fue “exponer esto en una forma amplia.
“No podía creer lo que esta compañía hizo y cómo fue capaz de llevarlo a cabo durante años, sin importar lo que pasaba”, agregó.
“Las mentiras, la manipulación, el tráfico de influencias. Es una historia tan chocante que no podía dejar de pensar en ella”, concluyó.