Aunque no fue parte de la discusión oficial sobre seguridad celebrada ayer, el tema migratorio resultó ineludible para los encargados de la política exterior de México y Estados Unidos, Marcelo Ebrard y Antony Blinken, respectivamente.
Luego del Diálogo de Alto Nivel de Seguridad celebrado en la Secretaría de Relaciones Exteriores, los funcionarios fueron interrogados en particular respecto de la crisis de los migrantes haitianos y la problemática en Centroamérica.
El mensaje de Blinken fue claro: “Si emprenden la travesía de forma irregular, se arriesgan mucho y no podrán ingresar” a Estados Unidos.
En una conferencia que ofrecieron tras la reunión, Blinken y Ebrard dijeron que no se discutió en esta ocasión la reapertura de la frontera común, cerrada a los viajes no esenciales desde marzo del año pasado debido a la pandemia de Covid-19. Tampoco, aseguraron, se habló del programa Quédate en México, que obliga a quienes buscan asilo en Estados Unidos a esperar su trámite en territorio mexicano.
Consultado sobre las medidas acordadas para atender el fenómeno migratorio, Blinken declaró que el gobierno de Joe Biden busca atender las causas de la migración y recordó que el presidente estadunidense se comprometió a invertir 4 mil millones de dólares, en un plazo de cuatro años, para el desarrollo de Centroamérica.
Ebrard indicó que a todos los migrantes haitianos que llegan a México se les da la condición de refugiados si así lo solicitan.
“Capacidad de refugio tenemos, somos un país de 126 millones de personas. Si llegan 15 mil personas de Haití, quieren trabajar, quieren estar aquí, no es un problema para México”, afirmó.
El canciller agregó que México no ha trasladado a Haití a ningún haitiano que haya estado en Estados Unidos.