Oslo. Dos periodistas cuyo trabajo ha enfurecido a las autoridades en Rusia y Filipinas, Dimitri Muratov y Maria Ressa, ganaron ayer el premio Nobel de la Paz por su lucha por la libertad de expresión, anunció el comité noruego, al reconocer por primera vez el papel de la prensa independiente.
Ressa y Muratov fueron galardonados “por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera”, señaló la presidenta del comité Nobel, Berit Reiss-Andersen, en Oslo.
El premio no es sólo un mensaje a Rusia y Filipinas, según el comité noruego. “Por supuesto que condenamos la situación en estos dos países especialmente, pero quiero sub-rayar que condenamos también la situación en todos los países donde la actividad de los periodistas está limitada y donde la libertad de expresión está bajo presión”, declaró Reiss-Andersen.
En 120 años de historia, el Nobel de la Paz nunca había reconocido la labor de una prensa independiente que fuerza a las autoridades a rendir cuentas y contribuye a luchar contra la desinformación.
“El periodismo libre, independiente y de hechos sirve para proteger contra los abusos del poder, las mentiras y la propaganda de guerra”, insistió la presidenta del comité del Nobel noruego.
Según la última clasificación anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), la situación de la libertad de prensa es muy grave en 73 por ciento de los 180 países analizados. El secretario general de la organización, Christophe Deloire, detalla que en lo que va del año, 24 reporteros profesionales han muerto y otros 350 siguen encarcelados, por lo que este premio es “un llamado a la acción”.
La distinción, que consiste en un diploma, una medalla de oro y un cheque de 10 millones de coronas (980 mil euros), se entrega habitualmente el 10 de diciembre, fecha del aniversario de la muerte de Alfred Nobel (1833-1896). María Ressa, de 58 años, es la primera mujer galardonada en la edición de este año.
Ressa era periodista de CNN y es cofundadora de la página de información Rappler; ha sido objeto en años recientes de varias investigaciones, procesos judiciales y ha sufrido intenso ciberacoso.
Rappler ha publicado artículos críticos contra el jefe de Estado, Rodrigo Duterte, incluyendo su sangrienta y polémica lucha contra el narcotráfico.
La difícil situación de Ressa, una de varios periodistas nombrados por la revista Time como persona del año en 2018 por luchar contra la intimidación de los medios de comunicación, ha suscitado preocupación internacional por el acoso a los medios de comunicación en Filipinas, país que alguna vez fue considerado abanderado de la libertad de prensa en Asia.
“Nada es posible sin hechos”, afirmó Ressa, tras recibir la noticia del Nobel, e insistió en que “es el mejor momento para ser periodista. Los momentos más peligrosos son también aquellos en los que es más importante” el trabajo de periodista, explicó en una entrevista online retransmitida por Rappler.
Ressa, quien también tiene nacionalidad estadunidense, fue galardonada en abril con el Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano 2021, creado en memoria del periodista colombiano asesinado en 1986. Es autora de tres libros: Semillas de terror: el relato de un testigo ocular del nuevo centro de operaciones de Al Qaeda en el sureste asiático (2003), De Bin Laden a Facebook (2012) y Cómo enfrentar a un dictador, que se publicará en abril de 2022.
El jefe de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, y el presidente de Estados Unidos felicitaron a los periodistas ganadores. Biden destacó su labor por denunciar el “abuso de poder”. Después del premio de la paz, el único anunciado en la capital noruega, los Nobel vuelven a Estocolmo para cerrar el lunes la temporada de anuncios con el galardón de economía.