Madrid. Un nuevo examen ha confirmado que un espejo de obsidiana usado por John Dee, confidente de la reina Isabel I, en prácticas de espiritismo tiene orígenes aztecas.
“John Dee es una figura histórica notable, un erudito del Renacimiento, interesado en la astronomía, la alquimia y las matemáticas, y confidente de Isabel I”, dijo el profesor Stuart Campbell, de la Universidad de Manchester. “Más tarde, se involucró en la adivinación y el ocultismo, buscando hablar con los ángeles mediante el uso de artefactos de adivinación como espejos y cristales”.
Durante mucho tiempo se sospechaba que uno de estos artefactos de John Dee, un espejo de obsidiana que ahora se encuentra en el Museo Británico, tenía orígenes aztecas. Sin embargo, sin registros sobre cómo lo obtuvo, esto era imposible de probar.
Ahora, un equipo internacional de científicos, incluido el profesor Stuart Campbell, ha resuelto este misterio con el análisis geoquímico. Su investigación, publicada en la revista Antiquity, confirmó los orígenes aztecas del espejo de John Dee.
Su análisis involucró bombardear los espejos con rayos X, lo que resultó en que los objetos también emitieran rayos X, lo que permite a los científicos medir la composición del artefacto. Estas son “huellas dactilares” únicas que se pueden comparar con muestras de obsidiana para rastrear los orígenes del material. El equipo estudió cuatro objetos en el Museo Británico: el espejo de John Dee, otros dos espejos aztecas y una losa de obsidiana rectangular pulida.
Este método reveló que los cuatro artefactos de roca ígnea estudiados estaban hechos de obsidiana mexicana explotada por los aztecas. El espejo de John Dee, junto con otro con un diseño similar, se originaron cerca de Pachuca. Esta fuente fue muy explotada por los aztecas.
Para los mexicas, la obsidiana también tenía un significado espiritual. Podría usarse como parte de prácticas medicinales, o actuar como un escudo contra los malos espíritus y capturar almas en su superficie reflectante.
Una deidad, Tezcatlipoca, incluso recibe el nombre de “espejo humeante” y, a menudo, se la representa con ese tipo de objetos circulares de obsidiana, como símbolos de premonición y poder.
Tal valor simbólico puede haberlos hecho atractivos para que los europeos los recogieran y los llevaran a casa mientras conquistaban a los aztecas. El hecho de que los espejos también fueran vistos a menudo como artefactos mágicos en Europa puede haber servido como motivación adicional.
“El siglo XVI fue un periodo en el que se trajeron nuevos objetos exóticos a Europa desde el Nuevo Mundo y se abrieron innovadoras e interesantes posibilidades en el entorno intelectual de la época”, indicó el profesor Campbell.
Estos espejos aztecas eran elementos novedosos y exóticos que encontraron un lugar en muchas de las primeras colecciones.
Las historias sobre el significado de los espejos pueden haber viajado con ellos, y haber sido lo que motivó a John Dee a adquirir su espejo cuando lo encontró en Europa.