La apnea obstructiva del sueño es un factor de riesgo para complicaciones graves de Covid-19 y la padecen uno de cada cuatro mexicanos, afirmó Alejandro Jiménez, coordinador de la Clínica del Sueño del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
Roncar y dejar de respirar mientras se duerme disminuye la oxigenación del cuerpo, lo que provoca una respuesta inflamatoria, y si hay infección por coronavirus se multiplica (la inflamación) y el riesgo de cuadros graves y muertes, indicó.
En conferencia, el especialista advirtió que el mal dormir por apnea, así como por insomnio que afecta a un tercio de la población, disminuye la calidad de vida de las personas y las coloca en un riesgo mayor de desarrollar trastornos mentales, sobre todo depresión.
También por causa de la apnea aumentan las probabilidades de que los afectados desarrollen otros males como hipertensión arterial, afecciones cardiacas, cerebrovasculares y metabólicas, principalmente diabetes.
En conferencia, comentó que uno de los efectos de la pandemia de Covid-19 han sido las alteraciones del sueño. El temor a los contagios, la preocupación por familiares enfermos y/o por su situación económica, si perdieron el empleo, entre otros, ocasionó que se duplicara la prevalencia del insomnio, de tal manera que al inicio de la emergencia sanitaria hasta 60 por ciento de la población tuvo dificultades para conciliar el sueño o para mantenerse dormido durante la noche.
Conforme las personas desarrolan mecanismos de adaptación a la realidad, mejoran su calidad del sueño y el insomnio disminuye, pero es posible que los problemas continúen en algunos casos.