La pandemia de Covid-19 ha ayudado a cambiar la forma de ver la salud mental, que antes era un tema tabú debido a que se le relacionaba con trastornos como la locura, además de que éstos eran considerados signos de debilidad, afirmó José Guerrero López, jefe del Departamento de Siquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En conferencia de prensa, destacó que dichas consideraciones han sido una barrera muy fuerte para que la sociedad hable de estos temas; no obstante, ahora con la emergencia sanitaria, “nos empezamos a preocupar” por ellos.
Indicó que la mitad de los trastornos mentales comienza a los 14 años de edad o antes, y en la mayoría de los casos no se detectan oportunamente ni se tratan. Resaltó que no abordar los problemas de salud mental de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden hasta la edad adulta.
En el contexto del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora el 10 de octubre, Guerrero López mencionó que la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en los adolescentes. En tanto que el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años de edad.
“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los trastornos mentales representan el 16 por ciento de la carga mundial de enfermedades y lesiones en adolescentes”, señaló.
Expuso que entre los factores que hacen a los jóvenes más vulnerables a los problemas de salud mental están la pobreza, el abuso y la violencia en sus diferentes formas.
Por su parte, Juan José Sánchez Sosa, profesor emérito de la Facultad de Psicología, destacó que la prevención se debe comenzar desde ya en la escuela y la familia. “Hay que poner atención a lo que hacemos, a lo que sentimos, qué pensamos, cómo interactuamos con la gente con la que vivimos y trabajamos, y tener presente que hay especialistas que pueden ayudar no sólo a atender un problema de salud mental, sino a continuar bien y mejorar”.