La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó la exposición pública de una adolescente de 15 años embarazada, a quien un ginecólogo realizó un ultrasonido durante la marcha en contra del aborto el domingo pasado, en la que participaron jerarcas católicos de la Conferencia del Episcopado Mexicano e integrantes de organizaciones conservadoras.
En redes sociales, la CIDH señaló que la exhibición del citado procedimiento de salud “no atiende el interés superior de la adolescente”, y recordó la responsabilidad del Estado en la protección integral de los menores de edad, “incluyendo la identidad e intimidad con perspectiva de género”.
La adolescente con 38 semanas de gestación fue sometida a un ultrasonido frente a miles de personas reunidas en el Ángel de la Independencia, y el hecho fue grabado y difundido digitalmente. “Este es el baby shower más grande”, señaló una de las voceras de las organizaciones convocantes.
Las conductoras también manifestaron que ese era “un momento bien especial” y una de ellas preguntó a la menor por qué estaba ahí. Tras guardar silencio por unos segundos, y luego de que la conductora le dijo “¿Te invitaron?”, la adolescente respondió: “Me invitaron”. La participación de la adolescente se justificó como parte de los testimonios que acudieron ese día.
La Marcha a Favor de la Mujer y la Vida, del Auditorio Nacional hasta el Ángel, se realizó luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la penalización del aborto. A la movilización también acudieron monjas, sacerdotes, seminaristas y feligreses de diferentes denominaciones religiosas.