Lima. Mirtha Esther Vásquez, ex presidenta del Congreso peruano, fue nombrada anoche primera ministra por el presidente Pedro Castillo, quien horas antes anunció la renuncia de Guido Bellido, dirigente del partido oficialista Perú Libre, de línea marxista, en una nueva tormenta política en el país minero, a poco más de dos meses de asumir el gobierno.
“Por Dios, por este país de mujeres y hombres que todos los días luchan por vivir con dignidad, sin discriminación y que promueven los reales cambios, sí juro”, sostuvo Vásquez durante el acto protocolar ante el presidente Castillo.
Entre noviembre de 2020 y julio pasado, Vásquez se desempeñó de presidenta del Parlamento anterior, luego de un caótico mes en el que Perú tuvo tres presidentes. Antes había alcanzado notoriedad a escala nacional como abogada de Máxima Acuña, campesina iletrada cuyas tierras rurales son disputadas por la estadunidense Newmont, la minera de oro más grande del mundo.
La nueva jefa de gobierno, cuya designación sugiere que el gobierno adoptará una línea más moderada, fue electa legisladora el año pasado postulada por el Frente Amplio, coalición de partidos, organizaciones y movimientos sociales de izquierda y ecologistas. En su cuenta personal de Twitter se describe como “activista ambientalista y defensora de derechos humanos”.
Ratifica a ministros del Exterior y de Economía
Castillo mantuvo en el cargo al canciller Óscar Maúrtua, quien ya había sido ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) y quien lo acompañó en su reciente gira por México y Estados Unidos. También ratificó a su ministro de Economía Pedro Francke, izquierdista que trabajó en el Banco Mundial y quien juró por un “avance sostenible hacia el buen vivir sin distinción de género y orientación sexual”.
El congresista Waldemar Cerrón dijo de inmediato que la bancada de Perú Libre, que presentó como candidato a Castillo, rechazó la composición del nuevo gabinete y denunció que lo que hizo el mandatario “es una traición”.
El mandatario pidió horas antes la dimisión de Bellido y de otros ministros durante una reunión. Castillo no mencionó las razones, pero en un mensaje divulgado por la televisión pública manifestó que había tomado una decisión en favor de la “gobernabilidad”.
“Es momento de poner a Perú por encima de toda ideología y posiciones partidarias aisladas”, sostuvo Castillo.
Al dejar el cargo, Bellido señaló en rueda de prensa que partidos de derecha se opusieron a su gestión y esos grupos de poder obstaculizaron su labor y además tienen atrapados a los poderes del Estado.
“Nuestro pueblo es testigo de que, por encima del Poder Ejecutivo, existen fuerzas y poderes fácticos que gobiernan, presionan, coaccionan, denuncian y persiguen”, acusó Bellido en aparente alusión a la presión mediática contra él su gobierno.
La renuncia ocurrió tras enfrentamientos con el Congreso y fuertes críticas de la oposición a Bellido, quien es investigado por hacer apología del terrorismo debido a una antigua publicación en Facebook en la cual aparece defendiendo a una ex rebelde del grupo Sendero Luminoso.
“El equilibrio de poderes es el puente entre el estado de derecho y la democracia, debe procurar tranquilidad y cohesión en el gobierno. Tanto la cuestión de confianza, la interpelación y la censura no deberían usarse para crear inestabilidad política”, comentó Castillo en su mensaje.
Bellido había dicho también en los últimos días que se podrían nacionalizar los recursos de gas natural de Perú, que opera un consorcio liderado por la argentina Pluspetrol, si la compañía no aceptaba renegociar el contrato energético.
Bellido, cercano colaborador del fundador de Perú Libre, el médico Vladimir Cerrón, declarado admirador de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Bolivia, tuvo resultados mixtos en la negociación de acuerdos con las comunidades indígenas que habían votado abrumadoramente por Castillo en los comicios recientes.
Bellido llegó antier a un acuerdo con una provincia cerca de la enorme mina de cobre Las Bambas, operado por la china MMG Ltd, pero ayer los residentes de un área vecina protestaron en demanda de la renuncia del primer ministro.