El Banco Mundial aumentó de 5 a 5.7 por ciento la perspectiva de crecimiento de este año para México y mantuvo sin cambios la del próximo, en 3 por ciento. Sin embargo, aún no se asoma una recuperación de los ingresos de la población a los niveles que había antes de la pandemia.
En cuanto a América Latina y el Caribe, el organismo agregó que, luego de una de las peores recesiones económicas de los últimos 100 años, la región está en condiciones de crecer 6.3 por ciento en 2021, “insuficiente” para recuperar los niveles del producto interno bruto (PIB) anteriores al brote de Covid-19, además de que hay “diferencias significativas” entre los países.
“La región de América Latina y el Caribe está saliendo de la crisis de Covid-19, pero la recuperación es más lenta de lo esperado, y las secuelas que ha dejado en la economía y la sociedad tardarán años en desaparecer (…), cada vez es más evidente la urgencia de abordar agendas políticas desatendidas durante mucho tiempo que frenan el crecimiento en la región”, agregó.
En un informe respecto al subcontinente, subrayó que “los costos sociales de la pandemia han sido abrumadores”. Si no se cuenta a Brasil, en América Latina las tasas de pobreza –en las que el Banco Mundial usa como referencia el ingreso por debajo de 5.5 dólares al día– pasaron de 24 a 26.7 por ciento de la población, “lo que supone el incremento más alto en décadas”.
Además, los estudiantes perdieron entre uno y un año y medio de educación, y el retroceso experimentado por el Índice de Desarrollo Humano de la Organización de Naciones Unidas sobrepasó al de la crisis financiera mundial.
Así, “la crisis de Covid-19 se sumó a otra ‘década perdida’ de bajo crecimiento, lo que sugiere problemas estructurales más profundos”, detalló. Desde 2010 hasta que se desató la pandemia, América Latina y el Caribe creció en promedio 2.2 por ciento anual, mientras el resto del mundo lo hizo a una tasa de 3.1 por ciento.
El Banco Mundial advirtió que “los pronósticos para 2022 y 2023 son igualmente mediocres”. Para el próximo año se espera que la economía de América Latina avance 2.8 por ciento y en 2023 lo haga 2.6 por ciento, mientras en ese año México alcanzaría una tasa promedio de 2 por ciento.
“La deslucida recuperación, sumada a las bajas tasas de crecimiento de la década anterior, sugiere la existencia de problemas estructurales internos en la región y apunta a la urgencia de abordar la lista de déficits internos ampliamente conocidos en materia de infraestructura, educación, política energética, capacidad empresarial e innovación, y de afrontar al mismo tiempo algunos nuevos retos relacionados con el cambio climático”, recalcó el organismo.
Gasto deficiente en infraestructura
De acuerdo con el informe Recobrar el crecimiento, en México, 4.7 por ciento del gasto público se ejerce de manera deficiente. Se fuga por medio de transferencias, de masa salarial ineficiente y de contratos públicos inflados. Esta medida se encuentra por arriba de 4.4 por ciento en América Latina, que también se considera mal ejercido.
El organismo agregó que de 2015 a 2019 la inversión en infraestructura en México no llegó ni a 2 por ciento del PIB. Es rebasada por varias economías, pero de manera inmediata por El Salvador, Paraguay y Uruguay; se equipara con la de República Dominicana y contrasta con Bolivia, donde está cerca de 7 por ciento.