Ciudad de México. En el libro Tlatelolco. La última ciudad, la primera resistencia, Eduardo Matos Moctezuma documenta y expone la importancia simbólica e histórica para la nación mexicana de esa en otrora urbe prehispánica, hermana gemela de la gran Tenochtitlán.
“Allí han ocurrido hechos significativos muy importantes de nuestra historia, no sólo antigua. Como relato, allí no sólo se da la última oposición a los ejércitos que tomaron Tenochtitlán y Tlatelolco, sino que a partir de ese momento se dio pie al surgimiento de lo que es el México actual”, explicó el arqueólogo en la presentación de la obra, realizada en la 32 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).
Refirió que prácticamente desde su fundación, en 1337, Tlatelolco ha estado marcada un tanto por los daños. El primero, señaló, fueron las diferencias que tuvo desde el principio con Tenochtitlán, que se plasmaron en la conquista encabezada por el tlatoani tenochca Axayácatl, en 1473.
“Hubo una matanza severa, muy fuerte, y desde entonces Tlatelolco se ha caracterizado por eso, por la presencia de una serie de estragos. Entonces, dedico este libro a los muertos allí en 1473, a los de la matanza de estudiantes de 1968 y, finalmente, a los del terremoto de 1985”, indicó.
“Como ven, ha sido un lugar de muerte, pero también de vida, porque, como digo, de ella y de aquella resistencia indígena o mexica va finalmente a surgir el México actual”.
La presentación de Tlatelolco. La última ciudad, la primera resistencia fue la tarde del martes con una charla virtual entre Matos Moctezuma y Dennis Peña, editor de Historia y Antropología del Fondo de Cultura Económica (FCE), quien detalló que este título es la última entrega de la serie Ciudades, de la colección Fideicomiso Historia de las Américas, coeditada por el FCE y el Colegio de México.
Esa decisión editorial no es casual, según el arqueólogo, pues la ciudad prehispánica de Tlatelolco, indicó, es un lugar emblemático de nuestro pasado, al constituir el eslabón en el que se encontraron dos culturas, dos maneras de pensar distintas que darían paso al mestizaje de nuestro presente.
El especialista detalló que en dicho volumen se relata la historia de esa antigua urbe a través de dos fuentes de conocimiento: la documentación escrita y los hallazgos de las investigaciones arqueológicas.
Entre otros aspectos, apuntó que las crónicas históricas hablan desde la fundación de Tlatelolco hasta su caída y de la importancia fundamental que tuvo en un principio al ser una ciudad de pochtecas, comerciantes en lengua náhuatl.
Resaltó la trascendencia que desde el punto de vista militar tuvieron esos pochtecas, al desempeñar, a la vez, un papel de espías que permitió expandir con el tiempo el imperio mexica.
También aludió a cómo el conquistador y cronista Bernal Díaz del Castillo narró azorado el enorme y bien organizado mercado de esa urbe prehispánica, en el cual incluso había una especie de jueces para dirimir las discrepancias surgidas entre vendedores y compradores.