Retrocesos en el combate al hambre, la seguridad alimentaria y en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero son los retos que plantea el documento Perspectivas alimentarias 2021-2030 de la OCDE y la FAO. Proyecta para ese periodo dificultades para la adquisición de comida por el aumento en sus precios, sobre todo porque los hogares destinan a ello 13 por ciento de sus ingresos.
Se prevé pérdida de bosques y selvas, sobre todo en Brasil, con cerca de 18 por ciento de la vegetación que tiene y en México con alrededor de 2 por ciento de la superficie, indicaron durante una videoconferencia investigadores de la OCDE y la FAO, que presentaron información del reporte que se divulgó en julio, pero en esta ocasión con la visión para América Latina y el Caribe.
Con el aumento de 16 millones de personas en pobreza en América Latina y el Caribe por la pandemia de Covid-19, la región tuvo una contracción del PIB de 8.5 por ciento en algunas regiones, muchos países importan grandes cantidades de cereales y oleaginosas. “La región es importante productor y exportador de productos agropecuarios, genera 13 por ciento del valor de la producción mundial y 17 por ciento de las exportaciones”, sostuvo Sergio René Araujo, economista de la FAO.
Apuntó que en los años recientes se observa una pérdida en el consumo de alimentos en ciertas zonas de la región; por ejemplo, de lácteos y azúcar se espera un decrecimiento en el consumo per capita. Precisó que la disponibilidad de calorías en la región es variable, ya que Brasil y México tienen disponibilidad de más de 3 mil calorías, en el resto de los países es menor.
Lisa Pohl, representante en México de la FAO, estimó que las perspectivas son favorables para la región y este país, ya que la política pública favorece el acceso a dietas saludables, con las medidas como el etiquetado de advertencia, y la ley para el derecho a la alimentación, el desafío más grande no es sólo la erradicación del hambre también es fundamental la obesidad.
Juan Cortina, líder del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), aseveró que “se deben considerar variables que no son negociables. Debe crecer la producción de alimentos, ya que la demanda es creciente. Se requiere una agricultura que considere desde pequeños hasta grandes productores, establecer políticas públicas que, además de contar con una visión a mediano y largo plazo, tome en cuenta las necesidades con enfoque al aumento de la productividad, rentabilidad y cuidado de los recursos naturales”.