Al presidente López Obrador le dio por pedir peras al olmo: con motivo de la iniciativa de reforma en materia eléctrica (más litio) que recién envió al Congreso, “el PRI tiene una oportunidad histórica para definirse. ¿Va a seguir con el salinismo como política o va a retomar el camino de Lázaro Cárdenas, de Adolfo López Mateos, el camino que trazaron estos dos grandes presidentes de México? Es un momento definitorio. Vamos a ver qué resuelve”.
Así es. El mandatario mexicano pide “definiciones” a un partido (en realidad un cascarón con una élite manejándolo como empresa privada) del que sólo queda el cascarón podrido y que con el correr de los años sistemáticamente traicionó sus principios fundacionales, de tal suerte que difícilmente se uniría a la corriente nacionalista y popular que exige la aprobación de la citada iniciativa. ¿Podría hacerlo? Siempre con la tarifa por delante, como en los tiempos de las privatizaciones, “primer mundo”, “rescates”, “modernizaciones”, “reformas”, cambios constitucionales y conexos desde el salinato, siempre de la mano –e$tirada– de los panistas y en permanente agravio a los mexicanos. ¿Cuál sería el precio de los tricolores?
López Obrador envió el mensaje: “aquí ya no hay para dónde hacerse… Ahora van a decidir qué se hace con esta reforma. Nosotros ya cumplimos, porque queremos que se mantenga el servicio de energía eléctrica en manos de la nación, de la Comisión Federal de Electricidad, que no haya aumentos en el precio de la energía eléctrica, que no haya subsidios para las grandes empresas. Pero, además, a ver, que me digan en qué se beneficia el pueblo con las leyes actuales que tienen que ver con el manejo de la industria eléctrica. ¿Qué, no aprendemos de lo que pasa en otros países? Hace falta que se den los cambios en favor de la gente y por eso esta reforma eléctrica”.
El mandatario reiteró que su gobierno fortalecerá a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad, de tal suerte que es hora de definiciones. “Si el PRI decide continuar apoyando la privatización, como lo hicieron desde el gobierno de Salinas, porque ahí se toma la decisión de apostar a poner los bienes del pueblo y la nación al mercado, a llevar a cabo la transferencia de empresas públicas para convertirlas en empresas privadas, por eso es privatizar”.
Paralelamente, está el tema del litio, “porque se trata de un mineral estratégico y tengo información (porque el Presidente de México tiene más posibilidades de informarse; no tenemos espionaje, no existe el Cisen, pero sí hay inteligencia) de que importa mucho a los extranjeros el litio mexicano, un recurso que queremos que siga siendo de la nación, para nosotros y las nuevas generaciones, porque es un mineral fundamental para el desarrollo de las nuevas tecnologías. El litio es básico”; no debe privatizarse y se queda en casa, para los de casa. “Ojalá los legisladores –en general, no sólo los del PRI, también los del PAN y de otros partidos– lo piensen, porque es un asunto histórico… Con Salinas se dio la alianza prianista, acuérdense; el PAN respaldó el proyecto de Salinas de privatizar bancos, empresas públicas y avanzaron en la privatización de Pemex y de la industria eléctrica, y ya se fueron juntos”.
Carentes de ética, los priístas convenientemente “olvidaron” a Lázaro Cárdenas y a López Mateos. En 1937 el general creó la Comisión Federal de Electricidad, “por considerarse como básica de la prosperidad nacional la actividad de la industria eléctrica; hay que suministrar la energía eléctrica a precios reducidos y ramificar su abastecimiento en todo el país”.
Y López Mateos (1960): “a los mexicanos devuelvo la energía eléctrica, que es de la exclusiva propiedad de la nación, pero no se confíen, porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros. Ni un paso atrás. Pueblo de México: los dispenso de toda obediencia a futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la nación. Sólo un traidor entrega su país a los extranjeros”.
Las rebanadas del pastel
Y con los prianistas llegaron “malos mexicanos identificados con las peores causas del país que intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros”.