La medalla de la lanzadora de peso Gloria Zarza, una de las dos de plata que se obtuvieron en el atletismo de los Juegos Paralímpicos de Tokio, significa mucho para atleta que llegó al deporte hace apenas siete años como la alternativa para enfrentar la depresión y el sobrepeso.
Discapacitada de nacimiento por luxación en el parto y poliomielitis contagiada en el hospital, Zarza, quien creció marginada de las clases de educación física, celebra la presea que obtuvo en Japón, donde estuvo a punto de no competir por un posible contagio de Covid en el viaje.
“Esa medalla significa mucho. Trae muchas cosas atrás. Siempre lo he dicho, se ve la medalla pero no el sacrificio que hacemos para poder llegar a ella, para conseguirla. Son muchos, como dejar a familia y estar totalmente concentrada”, asentó en entrevista la originaria de Zinacantepec, estado de México.
“La presea no viene sola, nadie ve lo que hay detrás de ella, y para nosotros como deportistas ha sido la familia la número uno que siempre está apoyándote, incluso cuando ya quieres tirar la toalla”.
La atleta de 36 años y llegada al deporte hace apenas siete, eso porque los doctores la instaron a la actividad física, se considera una persona nueva. “La cuestión deportiva yo no la veía como algo para ocuparme, porque desde pequeña en las escuelas siempre me dejaban en el salón en la clase de educación física, pues porque yo, en-tre comillas, no podía hacer ejercicio.
“Pero descubrí el Centro Paralímpico aquí en Toluca, me abrió las puertas y las expectativas que tenía de vida. Era algo nuevo para mí, saber que se puede hacer ejercicio, hay aparatos adaptados para nosotros. Inicié por cuestiones de salud, porque realmente competitivo no lo veía yo. En pocas palabras no me interesaba hacer deporte por competir, hasta que el encargado me dijo que me veía muchas cualidades para lanzadora.”
El sueño olímpico, recuerda, se le despertó al ver que sus compañeros regresaron con medallas del Campeonato Nacional de 2014, al que no calificó. “Y ahí empecé a entrenar. Decía, qué padre sería ir a unos Juegos Olímpicos y colocarte dentro de las mejores”, lo que cumplió en los de Río 2016, donde quedó a un centímetro de subir al podio, en cuarto lugar.
Gloria retornó casi plena de Tokio, donde quedó a 26 centímetros del oro, así que espera cumplir ese otro sueño en París 2024. “Decía que eran mis últimos Juegos, pero soy una mujer de muchos retos, muy aguerrida y viene una nueva meta, así que no me retiro”.