Madrid. Los Legionarios de Cristo, la congregación ultracatólica mexicana a la que pertenecen desde seglares, católicos de base y militantes, está también en el punto de mira de la investigación de los Papeles de Pandora, al figurar como los responsables de una red financiera opaca desde la que movieron hasta 295 millones de dólares (6 mil 190 millones de pesos) para invertir en negocios inmobiliarios, petroleros y tecnológicos. Según la investigación periodística, la red fraudulenta se creó bajo el amparo del Vaticano y estuvo operativa entre 2010 y 2011.
El Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), concluyó que los Legionarios de Cristo utilizaron la red de fraude fiscal internacional de las élites mundiales para blanquear millonarias prestaciones por sus negocios.
La congregación religiosa se nutre económicamente de sus feligreses, pero sobre todo de los numerosos negocios en el sector educativo, entre ellos la Universidad Anáhuac, el Colegio Cumbres y una red de escuelas de nivel medio y superior en México, Colombia, España, El Salvador, Venezuela, Argentina y Chile.
La investigación periodística confirmó lo que hasta ahora era un secreto a voces: las cuentas opacas de una congregación religiosa que lleva muchos años en el centro de la polémica; primero, por su proximidad con Juan Pablo II, pero sobre todo a raíz de los escándalos de pederastia, abuso de menores y fraude en los que estuvo inmerso su fundador, Marcial Maciel (1920-2008), un sacerdote que en su día tuvo una enorme influencia en el clero mexicano y en el poder político de entonces, y que tenía hilo directo con el Vaticano.
La revelación advierte que en la última década, los Legionarios de Cristo tejieron una opaca red de fideicomisos y empresas subsidiarias que operaban desde un paraíso fiscal sin dejar rastro de quién estaba detrás. Así lo cuenta el diario El País, que participó de la investigación: “Sacerdotes y empresarios cercanos a la institución crearon entre 2010 y 2011 un intrincado esquema que en pocos años acumuló más de 295 millones de dólares en activos con inversiones en sectores como el inmobiliario, el tecnológico o el petrolero”.
El elegido para desarrollar la trama ilegal fue el cardenal Velasio de Paolis, entonces responsable de las finanzas vaticanas y hombre de confianza del papa Benedicto XVI. “Debía sanear la congregación y poner en orden un enorme patrimonio económico. El proceso duró dos años y medio, y el informe final prometía la renovación de la institución. Los Papeles de Pandora revelan ahora cómo, mientras presumían de tener la casa limpia, montaron un esquema para absorber dinero a través de tres fideicomisos en Nueva Zelanda. Un destino regular para aquellos que buscan evadir impuestos sobre la riqueza”.
Según el análisis del ICIJ, “el fideicomiso RMCT se nutría de otros dos, establecidos también en Nueva Zelanda con el mismo agente y bajo la misma dirección que el primero. El histórico arquitecto de las finanzas legionarias, el sacerdote mexicano Luis Garza Medina, y dos de sus hermanos empresarios abrieron el 15 de noviembre de 2011 Salus Trust y AlfaOmega Trust, dos fideicomisos que se utilizaban para invertir en cientos de proyectos en todo el mundo. En esa estructura inyectaron millones de dólares que, según explican, provenían de ‘una herencia familiar”’.
De acuerdo con las actas de creación, ambos contaban con 100 dólares de capital inicial y los fondos incorporados posteriormente consistían en “transferencias bancarias” de dinero en efectivo y posiblemente acciones del grupo empresarial mexicano Alfa, fundado por la familia de Garza Medina.
Así fueron acumulando hasta 295 millones de dólares que utilizaron para ampliar su influencia financiera y empresarial en los sectores de la energía en México, el petróleo y las nuevas tecnologías.