Madrid. La Oficina del primer ministro de Líbano, Nayib Mikati, defendió que el patrimonio del mandatario "está bien documentado, es legal, legítimo y auditado", como respuesta las informaciones publicadas en los Papeles de Pandora, donde se le acusa de ser dueño de una empresa 'offshore' en Panamá.
"Es importante destacar el hecho de que el origen de la riqueza del primer ministro y su familia se deriva de más de 20 años de trabajo continuo en el sector de las telecomunicaciones, que alcanzó su punto máximo en 2005 con la cotización de la empresa (…) en la Bolsa de Valores de Londres y su posterior fusión con la empresa MTN", defendió la Oficina del mandatario libanés.
Además, Mikati remarcó que su patrimonio ya ha sido examinado "detenidamente" por los organismos pertinentes, y que había revelado su riqueza y propiedades al Consejo Constitucional libanés desde el comienzo de su andadura política.
En concreto, los Papeles de Pandora, publicados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), señalan que Mikati adquirió una propiedad en Mónaco por valor de siete millones de euros a través de su empresa 'offshore' de Panamá, mientras que el hijo del primer ministro, Maher Mikati, era director de al menos dos empresas con sede en las Islas Vírgenes Británicas, tal y como informó Al Jazeera.
Respecto a esto, el primer ministro apuntó que esta propiedad en Mónaco "no es la única propiedad de una entidad corporativa, ya que la mayoría de los activos y propiedades familiares se rigen por el mismo principio de buen gobierno y gestión" en base a "una práctica comercial común y legal".
"Cabe señalar que no todas las personas mencionadas en los Papeles de Pandora están necesariamente acusadas de irregularidades. Además, no toda la riqueza acumulada debe producirse a expensas del bien común y de los necesitados", aseveró la Oficina de Mikati, informó la agencia libanesa de noticias NNA.
Es por este punto que el primer ministro criticó que, "desaforutunadamente", tras la publicación de esta información, se ha convertido a la mayoría de los mencionados en "individuos o empresas sospechosas solo por simple hecho de estar incluidos ahí", una lógica que va contra "el libre mercado y la buena gobernanza de las economías liberales".
"Desde sus inicios, el Grupo M1 (la empresa de la familia Mikati), así como todas sus filiales en todo el mundo, han abogado por la separación de los sectores público y privado. Continúa cumpliendo totalmente con los estándares globales (…) además de operar en múltiples jurisdicciones", añadió.
Finalmente, la Oficina del primer ministro libanés aseveró que, "independientemente de las circunstancias", Mikati y Grupo M1 "respetan el estado de derecho y lo acatan en todas partes".