Moscú. Todo un éxito resultó el primer lanzamiento del misil hipersónico de crucero Zirkon desde un submarino nuclear en inmersión, a 40 metros de profundidad, informó ayer el Ministerio de Defensa de Rusia, en un breve comunicado difundido a través de su canal de noticias en la red social Telegram.
De acuerdo con éste, el misil salió del mar Blanco y, como estaba previsto, dio en el blanco en el mar de Barents, en el norte del país.
Esta prueba era esperada con mucho interés debido a que todos los lanzamientos anteriores –a partir de la actual fase experimental que empezó en 2020, cinco en total, cuatro desde buques de guerra y uno más, el domingo anterior, desde el mismo submarino pero sin sumergirse– se hicieron sobre el mar.
Y se comprobó en la práctica la apuesta que hicieron sus creadores desde antes de recibir luz verde para su proyecto: es factible realizar lanzamientos de misiles hipersónicos desde submarinos en inmersión.
Esta característica hace diferente al Zirkon, dicen los expertos militares, al añadir a su asombrosa velocidad el factor sorpresa en el momento de disparar, por cuanto el misil sale de debajo del agua y puede elevarse más alto y más rápido que cualquier cohete interceptor de los que existen actualmente.
Si no hay sorpresas –en palabras de Aleksei Krivoruchko, viceministro de Defensa– este año concluirán las pruebas del Zirkon y su producción en serie comenzará en 2022 tanto para buques de guerra como para submarinos.
Este misil hipersónico, igual que las otras nuevas armas que el presidente Vladimir Putin calificó de “invencibles” al anunciar que Rusia se disponía a incorporarlas a su arsenal, refuerza la posición negociadora de Moscú en las conversaciones sobre “estabilidad estratégica” que mantiene con Washington.