Guadalajara, Jal. Al concluir una rueda de prensa, Carlos Saura (Huesca, España, 1932) pidió un momento. Levantó la cámara que llevaba colgada del cuello, una Sony, y retrató a fotógrafos, camarógrafos, reporteros, a una parte del elenco y al equipo que participó en el rodaje de El rey de todo el mundo, película musical que estrenó ayer en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).
Fueron cinco segundos, una suerte de espejo sarcástico o un sincero gesto de camaradería hacia la prensa de ese hombre leyenda de 89 años de edad, fotógrafo, camarógrafo, director de teatro, de musicales, guionista, sujeto que se sabe mundano y ríe ante el ruido –que se cuela al salón– producido por las sirenas de vehículos de emergencia.
“Estoy feliz de estar en Guadalajara, rodeado de la policía y de las ambulancias. Esto me lleva a recordar lo que era el rodaje”, afirmó.
No se refiere a la temática, sino a que 90 por ciento de esa cinta se grabó en el foro de artes escénicas del Centro Cultural Universitario de la Universidad de Guadalajara, a unos metros del salón escogido por los organizadores del festival para realizar las ruedas de prensa. El ruido fue un problema con el que también se tuvo que lidiar al filmar.
Acompañado de su hija Ana, quien presentó un corto sobre la guerra civil española en la inauguración del FICG, y del productor Eusebio Pacha, Saura señaló que su película ya tenía tiempo montada, pero la pandemia obligó a que se pospusiera el estreno.
“Me he puesto en el papel del protagonista y he pensado cómo se puede hacer un musical en México; me he inventado un guion, en el que el autor ha reinventado, a su vez, la historia; va buscando a los actores que quiere, y eso me gusta mucho porque se sale del musical acostumbrado; es mucho más creativo e imaginativo, me permite mayor libertad”, sostuvo.
“Todo lo que me gusta lo reúne el cine, que, en mi opinión, es el arte total. He dirigido Carmen, como seis o siete veces, teatro, la ópera de Don Juan, de Mozart, pero el séptimo arte reúne todo eso. Es una invención extraordinaria”, expresó Saura notoriamente emocionado.
Opinó que en el cine actual hay de todo, como siempre, lo que ha cambiado son las técnicas. “La digitalización ha facilitado; cualquier persona con una camarita y dos actores o tres histriones amigos puede hacer una película, pero no es fácil, el problema ahora es quién la verá, porque estoy seguro de que hay miles de directores en el mundo que hacen cintas pero, quizá, sólo una sea estupenda”.
El cineasta manifestó su indignación por lo que llamó el monopolio que crece contra las salas de cine a través de las plataformas de streaming o las televisoras, porque nunca el séptimo arte se verá mejor que en una sala cinematográfica.
“Yo he visto aquí y en el metro de Madrid a personas mirando una película en su teléfono móvil, lo cual me parece un insulto. Además, los cortes a las cintas por publicidad me parecen una catástrofe; debe ir antes o al final, pero no intercalada, eso es una interrupción del relato.”
Respecto de El rey de todo el mundo declaró que debe verse en pantalla grande a fin de que se aprecien en toda su dimensión la imagen y el sonido, elementos con los que se ha tenido un gran cuidado y, aunque existe la posibilidad de que tras la corrida comercial en salas vaya a las pantallas caseras, sería injustificable hacerlo al revés.
Renacen ánimo y fuerza
Saura agregó que a su edad parecen renacer su ánimo y sus fuerzas porque, aunque ha trabajado toda su vida, es ahora cuando le han ofrecido más proyectos.
“A la vejez, viruela. Estoy metido en una serie de Federico García Lorca desde hace dos años, también en una obra de teatro sobre ese poeta; además de casi terminar el documental Origen del arte, que abarca del Paleolítico a nuestros días. Un trabajo precioso”, contó orgulloso.
Se define como “niño de la guerra civil española”, marcado por ella, porque estuvo durante los bombardeos y catástrofes familiares, la muerte de amigos en Madrid, en Barcelona, en Huesca y, después, en la posguerra, con Francisco Franco en el poder, “que también fue otro trauma”.