La atención médica integral que prevé el Plan Nacional de Salud se enfrenta en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) a desafíos como la antigüedad de sus unidades médicas, las cuales requieren “atención para garantizar el servicio a los derechohabientes”, advierte el Informe Financiero y Actuarial (IFA) 2021 del organismo público.
Más de la tercera parte de las clínicas en el primer nivel tienen más de 50 años, lo mismo que 14 de sus 26 hospitales generales. Además, en 13 estados no hay nosocomios de segundo nivel.
En el documento se señala que de mil 3 unidades de primer nivel de atención, 43 por ciento son consultorios de atención familiar, es decir, establecimientos privados contratados por el instituto, donde hay un médico general que únicamente atiende “enfermedades comunes”, sin posibilidad de realizar –como se hace en las clínicas familiares– estudios de laboratorio o gabinete.
Los consultorios de atención familiar, considerados como “servicios precarios” por el propio organismo, se encuentran en poblaciones con menos de mil 500 derechohabientes.
El pilar de la estrategia federal para el fortalecimiento de los servicios médicos en el país es la Atención Primaria a la Salud (APS), que significa ofrecer prevención y detección oportuna de enfermedades desde el nivel comunitario y con las unidades médicas.
Colaboración con el IMSS
Con la finalidad de subsanar las carencias, el Issste inició con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) una colaboración para identificar los lugares donde es factible el intercambio de servicios.
Luis Antonio Ramírez Pineda, director del Issste, explicó que la contratación de médicos particulares fue la opción que se dio para atender a los servidores públicos que viven en las zonas rurales y en algún momento podrían acudir a las Unidades de Medicina Familiar o clínicas del programa IMSS-Bienestar, tras acordar el pago por los servicios.
Como parte del convenio, los grupos de trabajo de ambos organismos identificarían las áreas clínicas y geográficas en las que el Issste puede apoyar en la prestación de servicios para pacientes del Seguro Social, comentó el funcionario.
Señaló que durante años la infraestructura del instituto se dejó en el abandono. Prueba de ello está en la antigüedad de sus inmuebles y la necesidad permanente de invertir en obras de conservación y mantenimiento.
Las clínicas de primer nivel tienen un promedio de 30 años en funcionamiento, pero más de una tercera parte rebasa los 50 años.
En el segundo nivel de atención, el IFA 2021 indica que cuenta con 26 hospitales, de los cuales 57 por ciento son clínicas hospital, además tiene 15 de alta especialidad (tercer nivel).
Las clínicas hospital que atienden padecimientos del primer y segundo nivel son funcionales en ciudades medianas, pero en poblaciones más grandes enfrentan “desafíos en materia de infraestructura y asignación de recursos”, señala el IFA.
El documento identifica 10 clínicas hospital con la mayor saturación de servicios, entre las que destaca la de Constitución, en Monterrey, Nuevo León, que tiene 54.5 años de antigüedad, y la de Tapachula con 44.5 años.
Aparte están 26 hospitales generales, de los cuales 14 tienen más de 50 años en funcionamiento. Para el Issste, este es un reto mayor, debido a que los derechohabientes de las entidades donde se localizan los nosocomios más viejos representan 37.1 por ciento del total.