En el último cuatrimestre de 2021 atestiguamos en el planeta niveles de desigualdad y pobreza no vistos desde antes de la Segunda Guerra Mundial (SGM), afirmó David Gordon, investigador de la Universidad de Bristol, Reino Unido.
El también profesor de justicia social en esa institución británica explicó que a partir de 2017 el uno por ciento de los más ricos posee la misma cantidad de riqueza que el resto de la humanidad junta.
En 2030, continuó, ese mismo porcentaje poseerá dos terceras partes de la riqueza del planeta. A eso se agrega que las 22 personas más adineradas del mundo cuentan con más recursos que todas las mujeres de África.
Precisó que son 64 países los más afectados económicamente por la pandemia, y añadió que la situación empeorará financieramente durante los cinco años siguientes al término de la emergencia sanitaria, estimada a partir de 2023.
“Las cosas no mejorarán económicamente. En el sistema neoliberal que ha ido de 1980 a 2016 sólo el uno por ciento de la población captó 27 por ciento de todo el crecimiento económico”, detalló.
Al dictar la conferencia magistral La pobreza y la pandemia de SARS-CoV-2, en el 14 Diálogo Nacional por un México Social “Desarrollo y sociedad tras la pandemia”, organizado con motivo de los 20 años del Seminario Universitario de la Cuestión Social y 10 años del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, Gordon también abordó las consecuencias en el ámbito de la salud.
El especialista en medición de la pobreza recordó que en mayo del presente año había más de 7 millones de personas fallecidas por Covid-19 y que la influenza de 1918 mató a 17 millones.
“Esto ha sido un retorno al número de muertes por enfermedades infecciosas, básicamente 100 años antes de la medicina moderna y la síntesis de antibióticos. Estamos mínimo a niveles previos de la Segunda Guerra Mundial, por supuesto acompañado también de un impacto económico masivo.”
De acuerdo con el académico de Bristol, los países más preparados para la pandemia han sido los más afectados, como Estados Unidos y Reino Unido. “Hubo una correlación inversa entre las naciones que se consideraban más competentes para un evento sanitario así y el número de muertes”.