El Covid-19 ha dificultado la situación de los enfermos del aparato respiratorio, no sólo porque la mayor parte de los esfuerzos médicos se han volcado en atender la pandemia, también porque son más susceptibles de agravarse si se contagian, afirmó Jesús Vázquez Cortés, vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax.
El experto señaló a La Jornada que incluso antes de la pandemia había deficiencias en el diagnóstico y tratamiento para esas personas, y citó el caso de los asmáticos, “por eso todos los enfermos respiratorios deben vacunarse, no hay contraindicación”.
Detalló que quienes tienen padecimientos respiratorios crónicos que siguen los tratamientos adecuados y están estables “pueden afrontar mejor la enfermedad, el problema se complica con quienes no son bien tratados ni adecuadamente diagnosticados, ellos tienen alto riesgo” tener formas graves de Covid-19.
“Al tener un paciente ya delicado respiratorio y con coronavirus, el riesgo de complicaciones graves es muy alto, ya que hay mayor posibilidad de falla respiratoria, de hospitalización, de que los internados requieran cuidados intensivos y mayor mortalidad”. Afortunadamente muchos se cuidan mejor, porque saben que si contraen el coronavirus les puede ir peor.
El especialista explicó de ellos la mayor cantidad tiene asma. También están los que padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfisema y bronquitis y los que tienen fibrosis pulmonar, cáncer, tuberculosis e hipertensión pulmonar.
Vázquez Cortés destacó que en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados “hay una iniciativa para hacer llegar el mejor tratamiento, en especial a los pacientes con asma, y en el contexto de optimizar los recursos para la atención de las enfermedades crónicas respiratorias en general, dado lo que ha sucedido con el Covid-19, que ha rebasado todos los sistemas de salud y los recursos humanos que atienden enfermedades respiratorias”.
Por último, el experto agregó que en el caso del asma en la Ciudad de México se considera que “hasta 10 por ciento de los niños de entre 6 y 12 años podrían padecer esa enfermedad”.