Zacatecas, Zac. Durante el denominado periodo económico neoliberal en México, implementado por los regímenes de gobierno que instauraron políticas públicas en el periodo del año 1980 al 2018, la producción de los principales minerales metálicos y no metálicos creció de tal forma, que tan solo en el caso del oro, su extracción se incrementó 26 veces.
Aunado a ello, se produjo también un sustancial incremento de las exportaciones de minerales metálicos y no metálicos, que aumentó 20.5 veces -en el mismo periodo de tiempo-, pasando de 881 millones de dólares en el año 1980, a 18 mil 124 millones de dólares en el año 2018, mientras que en esos casi 40 años, el empleo de todo el sector minero del país, apenas se duplicó, al registrarse un 118 por ciento de aumento.
Reveló lo anterior el investigador Sergio Uribe Sierra, doctor en economía por la Universidad Autónoma de Zacatecas, en su informe “Metabolismos Social de la Minería”, publicado este mes de octubre en el número 207 de la Revista Latinoamericana de Economía, editada por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Con base en el estudio y análisis de información publicada por el INEGI, el Servicio Geológico Mexicano, la Secretaría de Economía, así como de estudios de otros investigadores y académicos, Uribe Sierra reveló cómo, Zacatecas es uno de los estados del país que ha sufrido una mayor afectación de su “metabolismo social”, por el volumen de la extracción y los depósitos de materiales mineros.
Además, refirió el investigador, Zacatecas tiene derivado de ese marcado extractivismo, una grave problemática social en comunidades aledañas a los enclaves mineros, particularmente en cuatro localidades: Real de Ángeles, Salaverna, Peñasquito y la Colorada, lugares donde incluso se ha producido “el desplazamiento forzada de gran parte de su población”.
La expoliación de la riqueza que existe en los yacimientos mineros del país, en el periodo neoliberal, es de tal magnitud explica Uribe Sierra, que “la producción de oro en México durante el periodo de 1980-2018, fue 8.9 veces mayor que el total del extraído en 300 años de colonización española”.
En el año 1980, fueron extraídas 5.4 toneladas, mientras que en el año 2018, fueron 141.1 toneladas de este metal. El punto de inflexión ocurrió en el año 2006 –al inicio del régimen del panista Felipe Calderón Hinojosa-, fecha que “corresponde con el súper ciclo de los precios de los commodities, logrando un crecimiento sostenido, cuyo mejor registro fue en 2018”, es decir, al finalizar el régimen del priísta Enrique Peña Nieto.
Uribe Sierra cita además otros indicadores importantes sobre el saqueo minero en México, durante el periodo neoliberal. Antes de 1982, se habían entregado 81 mil 717 hectáreas para actividades mineras, amparadas bajo 1 mil 506 títulos de concesión minera.
Pero “con la implementación de las reformas neoliberales, de 1982 a 2015, el número de hectáreas concesionadas fue de 35 millones 809 mil 250, elevando así la concentración de tierras para minería más de 438 veces, en tan sólo 33 años”.
Paralelamente indica en su investigación Uribe Sierra, se introdujo la implementación del método de explotación de “tajo a cielo abierto”, una técnica practicada en yacimientos de baja ley, altamente tecnificada, con un reducido empleo de fuerza de trabajo, y el requerimiento de grandes volúmenes de agua, además de la aplicación en grandes cantidades de químicos como el cianuro de sodio o ácido sulfúrico, en enormes superficies de terreno.
En este periodo, los beneficiarios de la riqueza que generó la exportación de minerales metálicos y no metálicos, han sido principalmente las compañías de los Estados Unidos de Norteamérica, aunque, aclara Uribe Sierra “a partir de 2007, China comenzó a ocupar un rol importante en las exportaciones mineras de México, llegando incluso a superar a Estados Unidos en 2011”.
Asimismo, el investigador destaca que la contabilidad de enormes volúmenes de riqueza mineral exportada al extranjero, “no contempla los flujos de materiales perturbados en el proceso extractivo”.
Esto es, expone Uribe Sierra, que considerando la producción de los cinco principales minerales en México, estos generaron un excedente ambiental superior a las 9 mil 309 millones de toneladas de materiales estériles y contaminantes, considerados la mayor parte de ellos, como desechos.
De ellos, el 74.70 por ciento corresponde a la explotación de cobre, que es el metal “que mayor excedente ambiental produce”: seguido por la plata con el 9.87 por ciento; el oro 9.42 por ciento; el zinc 4.82 por ciento y el plomo con un 1.18 por ciento”.
Sólo en el periodo económico neoliberal, el excedente ambiental por la extracción de los principales minerales metálicos en México, “supera 248 veces el volumen de la producción (de minerales valorizados en dinero)”.