Fue la presión de jugar en casa lo que afectó las emociones de los beisbolistas mexicanos, que no pudieron retener la Copa del Mundo Sub-23 disputada en Sonora. El mánager de la novena tricolor, Enrique Che Reyes, evaluó lo sucedido ante Venezuela, que se convirtió en el nuevo campeón al vencer 4-0 en la final que se jugó en Hermosillo.
“No jugamos”, resumió Che Reyes; “O al menos no jugamos lo suficiente como para vencer a un equipo como Venezuela”.
Aunque elogió el trabajo de los lanzadores mexicanos en el mon-tículo, Reyes señaló que los errores que se cometieron en la defensiva fueron determinantes para no lograr refrendar el título.
“Creo que les ganaron las emociones de jugar en México”, reconoció Reyes; “la presión de estar como locales; eso les hizo cometer errores que no habían tenido en otros juegos; los rivales, que son un equipo muy bueno, supieron aprovechar esos errores defensivos”.
Pese a que la selección mexicana se quedó con la medalla de plata, el Che ve con optimismo el futuro del beisbol mexicano. Lo que demostraron en estos días de competencia le hace pensar, por el desarrollo que han tenido, que el porvenir es esperanzador.
“Así es el juego, alguien tiene que ganar y otro tiene que perder. Pero el beisbol mexicano tiene un gran futuro”, concluyó.
Durante la premiación, la directora de Conade, Ana Guevara, re-conoció la calidad que demostró el nuevo campeón, Venezuela, y celebró lo que se pudo ver en estos días de competencia en una categoría antesala del beisbol profesional.
“Hoy tenemos a un nuevo campeón que es Venezuela, digno competidor en nuestro país, donde México fue determinante, pero debemos reconocer que tuvieron un rival superior; así es la competencia y esto merece un aplauso”, dijo Guevara.
Por su parte, Cuba quedó fuera de las medallas al ser derrotado por Colombia, ganador de la presea de bronce con una pizarra 3-5. La novena de la isla consideró que llegar a esta instancia con las deserciones de nueve jugadores ya era, en sí, una proeza.
El sábado la novena cubana sufrió la deserción del lanzador estelar Bryan Chi, en el mayor episodio de fugas registrado en la historia de la pelota cubana en un torneo en el exterior.