Los sótanos de la plaza Tlaxcoaque, sede de la extinta dirección general de Policía y Tránsito del Departamento del Distrito Federal, que sirvieron como centro de detenciones arbitrarias y tortura durante la segunda mitad del siglo XX, serán convertidos en monumento colectivo para reivindicar y honrar a las víctimas del antiguo régimen “opresor y represor”.
Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno, señaló lo anterior y explicó que primero habrá un proceso de reconocimiento de visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y después la Fiscalía General de Justicia local rescatará la memoria forense que exista en el lugar, para hacer justicia y no sólo una obra. Detalló que posteriormente se iniciará el proceso colectivo, junto con los familiares de las víctimas que ya no están y con las que sobrevivieron a la tortura en esos sótanos, a fin de contar con el monumento.
Dijo que así como se ha hecho una reconstitución de la memoria histórica de México-Tenochtitlan, también se hará con hechos más recientes, como los de la segunda mitad del siglo XX. “Es una historia tétrica, como se ha contado; también es fundamental reconocerla y que se muestre lo que fue ese régimen opresor y represor”.
A su vez, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, consideró que es muy importante que en ese lugar, donde estuvo la mencionada dirección general de Policía y Tránsito, se convierta en un sitio para reivindicar, justamente esa lucha democrática que se construyó.
El organismo, apuntó, era el brazo represor del gobierno federal hacia todos los movimientos democráticos en la Ciudad de México.
El secretario de Gobierno, Martí Batres, destacó que en la actualidad se puede coincidir o no con diversas expresiones ideológicas, pero jamás los gobiernos de la Cuarta Transformación –federal y local– pensarán que la represión es una forma de solucionar un problema.
Félix Hernández Gamundi, líder del movimiento estudiantil del 68, afirmó que es importante rescatar la memoria, pero también es necesario garantizar que los miles de expedientes desperdigados en diferentes instancias de gobierno sean atendidos en una instancia judicial que se encargue de procesar y consignar a los responsables.
Desde ayer en diagonal 20 de noviembre y Fray Servando Teresa de Mier, los transeúntes pueden observar una exhibición de fotografías y documentos, principalmente cédulas de identificación, de algunas de las personas detenidas en aquella época que sufrieron violaciones a sus derechos humanos, durante el periodo de represión política de 1960 a 1980.