Jilotzingo, Méx., Comuneros, ambientalistas y habitantes de esta localidad integraron un frente común para luchar contra la ampliación del fraccionamiento Villa Alpina, una obra que autorizó el ayuntamiento de Naucalpan pero, según los opositores, invade los bienes comunales de San Luis Ayucan.
La alianza en defensa del bosque y las tierras la integran el ejido y el comisariado de bienes comunales de San Luis Ayucan, el Comité Autónomo de Agua Potable, la organización ambientalista Paso @ paso, la delegación municipal de San Luis Ayucan y el ayuntamiento de Jilotzingo presidido por Evelyn Mayén.
Hace 15 días la edil ordenó colocar sellos de suspensión en un perímetro de 15 mil metros cuadrados de bosque donde trabajadores realizaban labores de excavación. Sin embargo, los fraccionadores violaron la clausura e ingresaron trascabos con los que derrumban pinos, encinos, oyameles, cedros y arbustos, y atentan contra la fauna conformada por ajolotes miramontes, conejos, tlacuaches, águilas, víboras y aves.
Asimismo, continuaron con el trazado de calles y lotes y con ello amenazan un ojo de agua que abastece al pueblo de San Luis y a sus cinco barrios.
Rafael Inés González, representante de Paso @ Paso, informó que el 1º de octubre se constituyó el frente y el primer acuerdo fue integrar un expediente para interponer un recurso de amparo federal ante el Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, en el que incorporan planos y documentos que acreditan que el desarrollo inmobiliario construye fuera de Naucalpan.
Recordó que la localidad cuenta con planos de 1923, fecha en que por decreto presidencial se otorgó a los pobladores el derecho a las tierras comunales. Lamentó que a tres meses de que termine su gestión, el ayuntamiento de Naucalpan haya autorizado ampliar la obra inmobiliaria, pero los empresarios entraron de manera alevosa al territorio.
Comuneros aseguran que Jilotzingo es un municipio productor de oxígeno y agua, que su amplia masa forestal y zonas montañosas permiten la recarga de los mantos acuíferos y mantienen el equilibrio ecológico en el poniente del valle de México, que enfrenta la presión de desarrolladores.