La Habana. Cuba confirmó la octava baja en su equipo durante la Copa Mundial Sub-23 de beisbol que se disputa en Sonora, al abandonar la selección el jugador Miguel Antonio González, en el mayor episodio de fugas registrado en la historia de la pelota cubana en un torneo en el exterior.
“Otra vez en la pelea, pese a los ocho que han flaqueado sin respetar la misión del equipo y sus compañeros”, señaló en Twitter la Federación Cubana de Beisbol (FCB), sin mencionar directamente a González, de 21 años, cuya deserción fue revelada por varios blogs especializados en la pelota caliente.
La selección isleña quedó con sólo 16 de los 24 beisbolistas que llevó a México, antes de salir ayer al diamante por el bronce ante Colombia, partido que perdió por 5-3.
Aunque en los años recientes las fugas de peloteros cubanos en viajes al exterior han sido frecuentes, la estampida en este torneo ha sido histórica.
El récord negativo de abandonos masivos en la pelota caribeña databa de 1996, cuando cinco jugadores del equipo Industriales abandonaron el plantel en el torneo de Clubes Campeones, también en México.
Antes que González, habían desertado del equipo los lanzadores Luis Dannys Morales, Ubert Mejías, Dariel Fernández y Yeiniel Zayas, el receptor Loidel Rodríguez y los jardineros Reinaldo Lazaga y Dismany Palacios.
Las fugas han sido una debilidad del beisbol cubano, cuyos peloteros acuden a ellas para jugar en las Grandes Ligas de Estados Unidos, debido a las leyes del embargo, vigente desde 1962.
En Twitter, la FCB culpó el domingo pasado a Estados Unidos de la creciente ola de escapes, que consideró “expresiones concretas” de la anulación del acuerdo fir-mado con el beisbol estadunidense en diciembre de 2018.
Este convenio, que fue bloqueado cuatro meses después por el gobierno de Donald Trump, permitiría a los peloteros de la isla participar en las Grandes Ligas sin tener que abandonar su país.