Nueva York. Sandra Cisneros considera que finalmente ha respondido una carta que tenía pendiente décadas atrás, con su nuevo libro, Martita, te recuerdo. La galardonada autora de The house on Mango Street (La casa en Mango Street) está de regreso con su primera obra de ficción en casi una década: una historia de recuerdos y amistad, pero también sobre las experiencias que muchas mujeres atraviesan como migrantes en cualquier parte.
Inspirada por su propio tiempo en París como una joven aspirante a escritora, la historia sigue a Corina, una veinteañera que deja a su familia mexicana en Chicago para perseguir sus sueños literarios en Francia, pero, en cambio, se encuentra en apuros por falta de dinero, que la llevan a entablar amistad con artistas mendigos y dormir en departamentos abarrotados de extranjeros en movilidad durante su breve tiempo en la Ciudad Luz. Apoyándola en todo momento están Martita y Paola, una argentina y una italiana tan empobrecidas como ella, con quienes desarrolla una amistad entrañable.
Con los años, las tres se dispersan por distintos continentes y, finalmente, pierden el contacto, hasta que Corina encuentra en un cajón una serie de viejas cartas que le trae recuerdos intensos.
“Comenzó desde un lugar en mi propia memoria, con la verdadera Martita que inspiró esta historia –o las verdaderas Martitas, debería decir, porque conocemos a muchas mujeres que vienen y se hacen amigas nuestras y no tienen nada. Siempre son aquellos que no tienen nada los que más dan–”, dijo Cisneros en una entrevista reciente con The Associated Press vía Zoom desde San Miguel de Allende, Guanajuato, en la que habló en inglés salpicado de español.
“Así que lo que comenzó como una historia real sobre cosas que me sucedieron se infló y se fue a otros lugares”, continuó. “Se basa en tantas mujeres que conocí a lo largo de mi vida que se han hecho mis amigas y me han brindado refugio, amor y apoyo.”
Martita, te recuerdo (Vintage Original) se publicó la semana pasada como un libro de bolsillo en dos idiomas, con la historia original en inglés en la portada, Martita, i remember you, y la traducción al español de Liliana Valenzuela, al darle la vuelta.
Cisneros comenzó a escribirla a finales de los años 80, principios de los 90, con la idea de incluirla en su galardonada colección Woman Hollering Creek, pero no terminó ahí. Sólo tenía la primera parte de la historia y su editor consideró que había más en ese relato.
Los pasados dos años, finalmente, desempolvó el manuscrito y amplió el relato con un medio y un final. “Supongo que necesitaba ser mayor para poder escribir esa parte”, planteó Cisneros riendo. “No sé cuántos años tenía, ¿estaría en mis 30? Sí. ¡No pude escribir el final porque era demasiado joven! Aunque Corina tiene unos 36 años; yo no soy tan sabia como ella. La autora necesitaba ser mayor para tener una visión amplia, para verlo” con claridad.
El libro nos traslada a la época en la que no había correo electrónico ni teléfonos celulares y la gente intercambiaba direcciones físicas para mantenerse en contacto por correspondencia. Recibir cartas desde lejos era motivo de alborozo, y en el libro Corina lee y relee las suyas.
“De hecho, la primera correspondencia está basada en una que me llegó después de que me fui. Habían pasado años… y esa carta me provocó un sentimiento que no supe describir. Fue precisamente esa emoción la que sentí cuando leí la de la persona real que me inspiró”, confió Cisneros.
“Toda esta historia es la misiva que nunca le envié a ella, o a todas las Martitas que se hicieron amigas mías cuando estaba viajando por el mundo. Sentí que tenía que escribir esa carta sin enviar para entender qué fue lo que experimenté en estas relaciones muy breves y aleatorias con personas a las que conocí”. Aunque está ambientado en Francia en la década de 1980, Cisneros, quien siempre ha abordado el tema de la migración en su obra, espera que la gente encuentre interesante su libro en la actualidad.
“Es muy relevante ahora para todos los países y, especialmente, para Estados Unidos. Me avergüenza vivir en este momento y ser ciudadana de un país que separa a los niños de sus padres y que está tratando a los refugiados peor que a los animales, así que espero que este libro ayude a despertar a la gente, a hacer cambios. Creo absolutamente que el arte puede generar cambios porque ha supuesto uno muy grande en mi vida.
“La generosidad de los extraños me hizo comprender lo que viven los extranjeros en movilidad ahora al venir a Estados Unidos, el ser vilipendiados, despreciados de la forma en la que los parisinos, ya sabes, nos miraban desde arriba en aquel entonces. Es el mismo sentimiento. Comprendí a mi padre y entendí la situación de los migrantes ahora, de una manera que tal vez no podría, así que me alegra haber vivido esa experiencia.”
–Si pudiera tener noticias de Martita, ¿qué le diría?
–¡Oh! ¡Sería tan feliz! Le diría: “Martita, ¿dónde estás? ¡Ya voy! ¿Qué te pasó?” Me encantaría volver a verla. Olvidé su apellido, no sé dónde está, pero ella es la que desencadenó estas historias de muchas mujeres que están conectadas”.
Nacida en Chicago de padres mexicanos, Cisneros es una de las autoras latinas más destacadas en Estados Unidos. Ha sido laureada con reconocimientos que incluyen el Premio Nacional del Libro en 1985 por The house on Mango Street, el Premio PEN/Nabokov a los logros en la literatura internacional y la Medalla Nacional de las Artes en 2016 de manos del entonces presidente Barack Obama.
Actualmente está terminando un libro de poesía que saldrá el próximo año tanto en inglés, como en español: Woman without shame (Mujer sin vergüenza). También está trabajando en el libreto de la adaptación para ópera de The house on Mango Street con el compositor neoyorquino Derek Bermel, así como en un piloto para una serie de televisión basada en la misma novela.