Washington. Ante las críticas de demócratas y republicanos en torno a su postura migratoria, el gobierno del presidente Joe Biden anunció ayer reglas nuevas que requieren que las autoridades únicamente vayan detrás de los migrantes que ingresaron recientemente al país sin autorización legal o que representan una amenaza a la seguridad pública.
Los lineamientos nuevos sustituyen a las reglas interinas que se emitieron en febrero y fueron bloqueadas en agosto por un juez federal como parte de una demanda legal presentada por los estados de Texas y Luisiana. Contrastan con la postura mucho más agresiva en materia migratoria del ex presidente Donald Trump, quien al inicio de su mandato instruyó a las autoridades a detener a todo aquel que estuviera en el país sin autorización.
El gobierno de Biden ha expulsado a cerca de 5 mil haitianos que ingresaron desde México hacia Del Río, Texas, en semanas recientes.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo a los reporteros que la política nueva se sustenta en la realidad de que Estados Unidos no puede perseguir a todas las personas que no tienen permiso legal para estar en el país ni debería intentarlo, ya que muchos “han sido miembros que han aportado a nuestras comunidades durante años”.
Las autoridades serán instruidas a enfocarse en aquellos que no son ciudadanos y que han cruzado recientemente la frontera, es decir, después del 1º de noviembre de 2020, o aquellos considerados una amenaza debido a “actividades delictivas graves”. El Departamento de Seguridad Nacional incluye al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas y a la Patrulla Fronteriza.
Las directrices nuevas entrarán en vigor el 29 de noviembre.
Las autoridades de migración tendrán prohibido arrestar y buscar la deportación de alguna persona en represalia por ejercer sus derechos establecidos en la Primera Enmienda, como sumarse a una protesta o formar parte de actividades sindicales.
El gobierno de Trump implementó cientos de medidas para restringir la migración, tanto legal como irregular, incluida una política de tolerancia cero en los cruces fronterizos que resultó en la separación forzada de miles de familias, así como requerir que los solicitantes de asilo esperaran en el lado mexicano de la frontera a que llegara su fecha de audiencia ante una corte migratoria de Estados Unidos.
Al final, hubo menos deportaciones durante la presidencia de Trump que en el primer mandato del presidente Barack Obama, quien promulgó prioridades de procesamiento similares a las de Biden. Eso se debió en parte a la falta de cooperación de muchas ciudades y estados, cuyos gobernantes se oponían a las políticas migratorias de Trump.
En tanto, una caravana de manifestantes bloqueó durante una hora los carriles con rumbo al norte del puente Golden Gate, en California, en demanda de protección para las familias migrantes.