Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que no le preocupa “nada” que lo insulten, porque al menos los conservadores ya se quitaron las máscaras, dejaron de simular el lado en el que están.
“No hay problema”, añadió. “Yo tengo tranquila mi conciencia, ese es el tribunal que más me importa, el de mi conciencia. El que insulta se degrada, pierde autoridad, es indignante eso”, comentó en la conferencia de prensa matutina.
“Esto siempre ha sucedido cuando hay una transformación. A Francisco I. Madero, lo mismo, decían ‘loco’. Bueno, el abuelo de Francisco I. Madero, Evaristo Madero, que era porfirista, le escribe a Porfirio Díaz y le dice ‘estamos muy apenados con usted porque este, mi nieto, está muy mal, está loco, con decirle - le escribe- que es hasta espiritista’”, relató.
Los del pensamiento conservador, dijo, afortunadamente no son mayoría y así se demostró en las recientes elecciones, lo cual no quiere decir que no existan y no tengan poder, sobre todo económico. Antes tenían las dos cosas, el político y el económico “aquí mandaban.
Por eso hay esta inconformidad pero también hay que agradecer y felicitarnos todos porque estamos resolviendo nuestras cosas de manera pacífica”, sin violencia estamos llegando a cabo la cuarta transformación, arrancando de raíz el régimen de corrupción y realmente no ha pasado nada grave y claro qué hay manifestaciones en contra y eso es natural.
En la conferencia de prensa matutina se le preguntó de sus críticos, algunos de los cuales participan en espacios de la televisión pública, así como de las gestiones y declaraciones del escritor Enrique Krauze.
Señaló, sin embargo, que no pueden quitarle el micrófono a quienes están en contra de la transformación porque eso sería autoritarismo; al contrario, que haya debate, en especial en el pueblo.
Recordó que ayer fueron a inaugurar sucursales del Banco del Bienestar en Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Tlahuac, “y (en esas alcaldías) la gente contenta” por el acceso a esta institución, donde podrá recibir, por ejemplo, remesas sin comisiones.
El mandatario respondió que los tiempos actuales son interesantes, momentos estelares en la historia de nuestro país en cuanto a que existe un buen debate político.
Está al descubierto, indicó, que existen por lo menos dos grandes corrientes de pensamiento en México: el liberal y el conservador.
“Hemos hablado ya en otros momentos en que al conservadurismo se le puede añadir el fascismo, el militarismo; se le puede añadir también el liberalismo y al liberalismo se le puede añadir el socialismo, comunismo, lo que pueden tachar de populismo”.
Lo cierto - añadió- es que son dos grandes corrientes.
Entonces, dijo, ahora en Mexico se están expresando estas dos maneras de pensar y de ser y eso es muy importante porque es un debate muy interesante.
El Presidente recordó que en el largo período neoliberal se ocultó el pensamiento conservador y hubo mucha simulación, se le llegó a denominar neoliberalismo; se habló de cambios estructurales, cuando en la ciencia social lo estructural es lo profundo, cambios profundos que son equivalentes de revolución.
Hubo un momento es que se cuestionaba a los reformistas porque se tenía que ser revolucionario, señaló.
“El conservadurismo se apropió de conceptos como lo estructural, la bella palabra, el bello concepto de solidaridad.
Nosotros no podíamos pronunciar solidaridad porque era referente de Salinas; imagínense, se apropiaron del concepto. Yo no uso esa palabra, uso la de fraternidad que es en esencia lo mismo”, expresó.
Ahora ya no hay esa simulación, sostuvo, porque como se está llevando a cabo una transformación están quedando al descubierto las posturas, ya no hay término medio, me refiero al periodismo, a la intelectualidad.
“Ya no se les cree; durante mucho tiempo se refugiaron en lo que crearon como sociedad civil, que antes era pueblo. “Se autonombraron como miembros de la sociedad civil o se declararon independientes cuando no lo eran, nada más que estaban encubiertos.
“Ahora es fuera máscaras”.
El interlocutor le insistió en que desde los canales públicos lo insultan.
“Sí, pero no me preocupan nada (los insultos)”, recalcó.
Para sustentar su opinión recurrió de nueva cuenta al ejemplo de cómo se insultaba al Padre de la Patria, Miguel Hidalgo e incluso a Morelos, Juárez, Madero, Villa, Zapata, al general Cárdenas.
Eso no es trascendente, subrayó; siempre la oligarquía, los que viven colmados de atenciones, privilegios, cuando se dan los cambios se molestan, insultan, agravian.
“Les voy a poner un ejemplo y no me puedo comparar porque el fue un hombre inmenso, gigante”.
Pidió transmitir en el salón un reciente discurso, el 16 de septiembre, en el que hizo referencia a los insultos a Hidalgo.