Ciudad de Guatemala. Las excavaciones para la búsqueda de los restos de más de una centena de menores indígenas que habrían sido asesinados en una apartada comunidad maya durante la guerra civil fueron suspendidas indefinidamente por la falta de condiciones de seguridad, dijeron el jueves organizaciones civiles.
Las labores, en un antiguo destacamento militar en la aldea Chiul, a más de 200 kilómetros de la capital, estaban programadas para el martes, pero fueron detenidas por pobladores que irrumpieron en el sitio tratando de agredir al equipo de búsqueda, entre los que había familiares de desaparecidos, funcionarios y un sobreviviente de la matanza.
"No hay una nueva fecha para retomar las exhumaciones por la situación de seguridad", aseveró Diego Rivera, dirigente de la asociación de víctimas ASOMOVIDNQ, que participaba en las labores. En una entrevista con Reuters, dijo que la falta de coordinación entre autoridades impidió avanzar en la excavación.
Los pobladores no ofrecieron argumentos por los que se oponen a los trabajos de búsqueda de cuerpos. Sin embargo, organizaciones sociales aseguran que la zona es habitada por exparamilitares que participaron en el conflicto armado. Reuters no pudo confirmar independientemente las acusaciones.
El delegado local de la procuraduría de Derechos Humanos, Enrique Pérez, también dijo que no hubo suficiente apoyo de las autoridades en la diligencia del martes. El vocero de la fiscalía, Juan Luis Pantaleón, aseguró que en el sitio fueron desplegados tres agentes de la policía.
La matanza ocurrió el 21 de mayo de 1988, cuando efectivos militares capturaron a cientos de residentes y los llevaron a su destacamento, donde separaron a los niños y niñas de sus padres, de acuerdo con testigos de los hechos.
Ese día 116 menores de entre dos y 15 años habrían sido torturados y lanzados a un pozo lleno de agua dentro de la instalación, donde murieron ahogados; aunque no existe un registro oficial de las víctimas.
No hay claridad acerca de las razones de la masacre. Expertos aseguran que buena parte de la violencia de la guerra, que se extendió de 1960 a 1996, dejando cientos de miles de víctimas, estaba orientada al exterminio de los pueblos originarios.