Quito. El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó ayer el estado de excepción durante 60 días en todo el sistema carcelario del país, un día después de registrarse un motín en una prisión de la ciudad costera de Guayaquil, que dejó más de 100 presos muertos y 52 heridos.
“En breve se brindarán detalles sobre las acciones a tomar para controlar la emergencia carcelaria”, señaló la Secretaría General de Comunicación.
Agregó que el presidente ecuatoriano presidirá un “comité de crisis” conformado por los ministros de Gobierno, Alexandra Vela, y de Defensa, Fernando Donoso.
El motín ocurrió en la Penitenciaría del Litoral, que forma parte de un gran complejo carcelario en Guayaquil.
Tras los choques, el presidio permanecía ayer con un cerco militar. Decenas de personas ingresaron a las instalaciones para pedir información sobre sus familiares y responsabilizaron al gobierno de su integridad.
La revuelta incluyó detonaciones de armas de fuego y explosiones, de acuerdo con el informe de la policía, que lo atribuyó a riñas entre bandas criminales que pugnan por el control de las cárceles.
Este motín se suma a los de febrero pasado ocurridos en cuatro cárceles, con saldo de 79 reos muertos y una veintena de heridos.
Ecuador arrastra una crisis penitenciaria alimentada por una sobrepoblación de internos y falta de guardias para el control efectivo, según las autoridades. Se estima que hay 39 mil personas privadas de su libertad en el país.
Las autoridades han realizado permanentes operativos en los últimos meses para revisar celdas e instalaciones de los centros penitenciarios, donde han encontrado armas de fuego, objetos punzocortantes, teléfonos celulares y hasta droga.
Lasso ha ofrecido cambios en el sistema penitenciario del país para adecuar más pabellones en las cárceles con hacinamiento e instalar equipos tecnológicos para aumentar la seguridad y el control.
La fiscalía inició una investigación de lo sucedido.