Lampedusa. Un oxidado y abarrotado barco pesquero llegó ayer a un puerto italiano con 686 personas a bordo, en medio de nuevos esfuerzos diplomáticos de los gobiernos del Mediterráneo para pedir más ayuda a Europa en la gestión de la llegada de migrantes.
Guardacostas italianos escoltaron el barco al puerto de Lampedusa, en Sicilia, la isla más cercana a África del territorio continental italiano, y que es uno de los principales destinos de los contrabandistas de migrantes con base en Libia.
Tras desembarcar, los migrantes fueron trasladados a un centro de recepción donde fueron procesados. Italia puso en marcha hace poco un programa para vacunar contra el Covid-19 a los migrantes recién llegados a Lampedusa.
Para el lunes, 44 mil 778 migrantes habían desembarcado en el país en lo que va del año, el doble que en los primeros nueve meses de 2020, y cinco veces la de 2019, según estadísticas del Ministerio del Interior.
Una argelina embarazada y sus cinco hijos fueron rescatados en costas españolas, adonde llegaron casi 300 migrantes en las últimas horas, informaron las autoridades.
Las llegadas añadieron un carácter de urgencia a los esfuerzos de los países mediterráneos para presionar a la Unión Europea y desarrollar una política migratoria más equitativa, que aborde los problemas que empujan a la gente a huir de sus hogares y comparta la carga más allá de los países europeos en primera línea que reciben a la mayoría de los solicitantes de asilo.
La ministra italiana del Interior, Luciana Lamorgese, se reunió esta semana en Málaga con sus pares de España, Malta, Grecia y Chipre para analizar la crisis.