Washington. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, defendió ayer la ejecución de un frenético puente aéreo desde Kabul durante la caótica retirada de las tropas estadunidenses de Afganistán, y afirmó que será “difícil, pero absolutamente posible” contener las futuras amenazas desde el país asiático sin tener tropas en el terreno por primera vez en 20 años.
En declaraciones durante una audiencia del Comité del Senado para las Fuerzas Armadas en el Congreso de Estados Unidos, y acompañado del jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, Austin admitió que Washington “confió demasiado” en la capacidad de los afganos para defenderse del Talibán.
“Ayudamos a construir un Estado, pero no pudimos forjar una nación”, sostuvo Austin al comité. “El hecho de que el ejército afgano, entrenado por nosotros y nuestros socios, simplemente desapareciera, en algunos casos sin disparar un tiro, nos tomó por sorpresa”, apuntó.
Agregó que Estados Unidos no pudo evaluar la moral y voluntad de las fuerzas afganas. “Podemos contar todos los aviones, camiones, vehículos, armas y todo lo demás, pero no se puede medir el corazón humano”.
Reconoció errores en el puente aéreo final desde el Aeropuerto Internacional de Kabul, que comenzó el 14 de agosto, y que provocó la muerte de muchos civiles afganos, pero también consideró un logro histórico haber desalojado a 124 mil personas.
El senador James Inhofe, republicano de mayor jerarquía del comité, señaló que el retiro y la evacuación fueron un “desastre evitable”.
Los republicanos han multiplicado sus críticas a la decisión del presidente Joe Biden de retirar todas las fuerzas el 30 de agosto, pues opinan que Estados Unidos ha quedado más vulnerable al terrorismo; y exigen conocer detalles sobre el ataque suicida en Kabul que mató a 13 soldados estadunidenses, y unos 169 afganos, en los últimos días del retiro.
En su turno el jefe del Comando Central, general Frank McKenzie, dijo que “la guerra contra el terror no ha terminado, y la guerra en Afganistán tampoco.
“Creo que nuestra credibilidad con nuestros aliados y socios en todo el mundo y con las advertencias está siendo revisada intensamente por ellos para ver qué camino tomará esto. Y creo que ‘dañada’ es una palabra que podría usarse”, respondió Milley a pregunta textual del Comité sobre si hubo daño a la credibilidad estadunidense.
Austin, en cambio, respondió que la credibilidad de Estados Unidos ante sus aliados es aún “sólida”, y rechazó que el país esté ahora más vulnerable, al afirmar que será difícil, pero no imposible, contener ataques antiestadunidenses sin presencia militar en Afganistán.
“Debemos seguir protegiendo al pueblo estadunidense de los ataques terroristas que surgen de Afganistán”, advirtió Milley a los senadores.
Agregó que en 2020 aconsejó a la administración del ex presidente Donald Trump, y posteriormente a la del actual mandatario, que una retirada acelerada podía devenir en un “colapso del gobierno afgano”, y señaló, al igual que McKenzie, que recomendó mantener unas 2 mil 500 tropas en el país asiático.
Milley también testificó sobre las llamadas que hizo a su homólogo chino, el general Li Zuocheng, al final de la presidencia de Trump, y aseguró que su deber era calmar a China y asegurarles que el ex mandatario no tenía intención de atacar.
A todo esto, el canciller de China, Wang Yi, destacó tres peligros ocultos derivados de la cooperación de Estados Unidos, Reino Unido y Australia en tecnología para submarinos nucleares que ya causó un conflicto diplomático con Francia.
Wang hizo los comentarios por enlace de video al copresidir la ronda 11 del diálogo estratégico de alto nivel entre China y la Unión Europea junto con Josep Borrell, encargado de política exterior del bloque. Wang mencionó que Estados Unidos, Reino Unido y Australia ya formaron una asociación de seguridad tripartita y buscan cooperar en submarinos nucleares que, manifestó, causa preocupación especialmente en los países de Asia-Pacífico, en alusión a la Aukus.
Afirmó que China considera que esta alianza es peligrosa para la paz y estabilidad regionales, pues conducirá a un resurgimiento de la guerra fría, de la carrera armamentista y de la proliferación nuclear.
Wang celebró una reunión virtual con el jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg, para discutir la situación en Afganistán y las discrepancias entre Pekín y a la recién creada Aukus.
Las discusiones fueron “positivas y constructivas”, comentó la cancillería china, y agregó que la conversación se centró en asuntos de interés común.