Puerto Príncipe., Cientos de niños de barrios vulnerables en Puerto Príncipe no pueden reiniciar su curso escolar, mientras las bandas armadas mantienen el control de varias zonas de la capital de Haití, prácticamente sin contraparte policial, indicó el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (Cardh).
“Desde Martissant 1 hasta Fontamara 27, pasando por Gran-Ravin (Lycée Jacques Roumain / Collège Maranatha), las escuelas permanecen cerradas”, aseguró en un comunicado el Cardh, que relató una situación similar en otras regiones como Bicentenario y Cité Plus.
La guerra de las pandillas impide que las familias de bajos recursos obtengan los medios para enviar a sus hijos a las escuelas, mientras los centros antes gestionados por organizaciones religiosas, instituciones privadas y el propio gobierno no pueden abrir sus puertas.
De esas mismas zonas la guerra de las bandas desplazó a más de 19 mil personas, ahora refugiadas en espacios públicos como centros deportivos o casas de acogida, pese a la promesa de las autoridades de restablecer la paz en la capital y el resto del país.
El Cardh criticó al gobierno por “ignorar” la situación de esos niños e incumplir con sus obligaciones de respetar, proteger y aplicar los derechos humanos, universales, indivisibles, inalienables y no discriminatorios.
En tanto, el premier de Haití, Ariel Henry, aseguró que entiende las recientes deportaciones de miles de compatriotas suyos desde Estados Unidos, los cuales serán bienvenidos en Haití, según una entrevista divulgada ayer en CNN.
“No somos responsables de su deportación. Haití no puede interferir en los asuntos internos de Estados Unidos. Sin embargo, todos los haitianos que regresan a su tierra natal tienen derecho a ser bienvenidos”, declaró el gobernante, quien lleva las riendas del gobierno desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse (2017-2021), en julio pasado.
Henry expresó su disposición de cooperar con Estados Unidos para solucionar la situación de miles de migrantes haitianos detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos en Del Río, Texas, y expulsados la semana pasada.
En otra entrevista, Henry criticó la forma en que el gobierno estadunidense trató hace poco a los migrantes haitianos, en alusión a a las agresiones de policías fronterizos a caballo golpeando con fustes a los caribeños. “No entendemos ese trato a nuestros compatriotas”, manifestó.
Agregó que planea celebrar un referendo para modificar la Constitución del país antes de febrero, y que espera organizar elecciones presidenciales y legislativas a principios del próximo año.
En ese contexto, las autoridades estadunidenses deportaron a más de 30 menores brasileños a Haití; los niños de padres haitainos solamente tenían documentación brasileña.