Buenas noticias llegan del mercado petrolero: el precio del barril mexicano de exportación se mantiene en ascenso y se aleja del promedio que para el presente año fijó el gobierno federal en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE). De igual forma, la plataforma de exportación (también estimada en ellos) ha superado en cerca de 20 por ciento la meta originalmente estimada, y en ambos casos los incrementos se traducen en mayores ingresos para Petróleos Mexicanos (Pemex).
En los CGPE para el presente año, la Secretaría de Hacienda estimó el precio de la mezcla de exportación en 42.1 dólares por barril, pero en todos los meses transcurridos de 2021 dicho precio, como promedio, ha superado con creces dicha estimación. De hecho, entre enero y agosto la diferencia entre lo originalmente estimado y lo realmente obtenido ha sido de 47.8 por ciento.
A nivel internacional, la información revela que “los mercados del petróleo subían por sexto día consecutivo, impulsados por una oferta más ajustada y una perspectiva de demanda firme, pero la escasez de energía en China, que afecta a la producción industrial, atenuó el repunte. El Brent del Mar del Norte ayer se vendió a 80.20 dólares por barril y a 76.24 dólares el West Texas Intermediate, con alzas de uno por ciento en cada caso respecto del cierre previo” ( La Jornada), lo que ha beneficiado al crudo mexicano de exportación.
Por lo que toca al barril mexicano, su precio alcanza niveles no reportados desde hace tres años. Al inicio de la presente administración el oro negro nacional se cotizaba a 53.14 dólares por barril y ayer llegó a 71.76. Por cada dólar que aumente el precio del crudo mexicano de exportación las arcas nacionales obtienen un ingreso adicional ligeramente superior a un millón de dólares diarios.
No puede obviarse lo sucedido el 20 de abril de 2020, cuando, en un hecho insólito, el precio del barril petrolero (en todas sus presentaciones y de todos los países) fue negativo por primera vez en la historia, algo que podía resumirse en que los vendedores de crudo debían pagar para que los compradores se lo llevaran.
Por aquellos días se comentó que “la demanda física de crudo ha desaparecido creando un exceso de oferta mundial, pues miles de millones de personas se quedan en casa para frenar la propagación del Covid-19”. Sin embargo, poco a poco se recupera el consumo, y en el caso mexicano en todo esto el Programa Nacional de Vacunación muchísimo ha tenido que ver.
En la sacudida de aquel año, la mezcla mexicana de exportación no quedó afuera: el viernes 17 de abril de 2020 el barril se vendió a 14.35 dólares, y el día de la reapertura del mercado, el lunes 20, el “precio” ¡resultó negativo! en 2.37 dólares. La cifra negativa solo duró un día, pues para el día 21 volvió a ser positivo (7.19 dólares), aunque todavía muy bajo. Sin embargo, de ahí en adelante el ascenso ha sido permanente.
Entre enero y agosto del presente año el ingreso por exportación petrolera sumó 15 mil 577 millones de dólares, y de mantenerse esa dinámica al cierre de 2021 ese monto podría superar los 23 mil 366 millones de dólares. Como referencia, vale mencionar que en todo 2020 tal ingreso fue de 14 mil 684 millones de billetes verdes, de acuerdo con la información de Pemex.
En el transcurso del gobierno de López Obrador, Petróleos Mexicanos ha captado 52 mil 622 millones de dólares (más de un billón 52 mil millones de pesos) solo por exportación de crudo, y a estas alturas todavía hay gritones que se quejan amargamente porque el gobierno federal invierte, y fuerte, para fortalecer a la ex paraestatal. ¿Por qué? Bueno, porque como lo ha subrayado el mandatario mexicano, “Pemex no está a la deriva, no es un consorcio como cualquier otro, sino una empresa de la nación, de los mexicanos, como la Comisión Federal de Electricidad”.
Las rebanadas del pastel
Debió transcurrir más de un siglo (de Porfirio Díaz a la fecha) para que el Estado mexicano pidiera perdón al pueblo yaqui por las atrocidades en su contra. Ayer, públicamente lo hizo el presidente López Obrador “por los agravios a los pueblos originarios, la marginación, abusos e injusticias cometidos”; ese régimen ha quedado atrás y ahora se reparará el daño, en la medida de lo posible, con un programa integral en el que destaca la restitución hasta de 20 mil hectáreas, garantizar el derecho al agua y un plan de bienestar.