La secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), en la OEA, Alejandra Mora Mora, al participar ayer en la presentación de la recomendación general número 3, del Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención Belém do Pará, se pronunció por la armonización legislativa en la que se imponga como elemento central de los delitos sexuales al consentimiento y en la que se eviten las “figuras de tipos penales que son gravosas para las víctimas”.
Mora Mora fue ministra de la Condición de la Mujer en Costa Rica, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), de 2014 a 2018, y directora de la Defensoría de la Mujer de ese país. Expuso que son importantes las fiscalías, para que las principales líneas de investigación se enfoquen en adjudicar el tema de la falta de consentimiento y a leer los contextos de poder en los temas de violencia sexual, así como para no revictimizar a quienes sufrieron este delito.
En la presentación a distancia, organizada por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado, la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman Zylberman, señaló que es urgente la conceptualización de la figura del consentimiento dentro de los códigos penales, pues tiene implicaciones sobre la aceptación del ejercicio libre y voluntario de la sexualidad. Desde el instituto, aseguró, acompañaremos los esfuerzos para capacitar y sensibilizar a los operadores de justicia, a fin de garantizar a las mujeres, niñas y adolescentes una vida libre de violencia y discriminación.
La vicepresidenta de la Convención de Expertas de la Convención Belém do Pará, Marcela Huaita, expresó que se necesita el compromiso de todos para abordar esta recomendación, pues aún existe un gran peso de los estereotipos de género en las investigaciones y procesamiento de las causas por parte de los funcionarios del sistema de justicia.
Libertad y violencia
Miguel Ángel Osorio Chong, presidente del IBD del Senado, indicó que el instituto se sumó a la Comisión Interamericana de Mujeres, para poner énfasis en la figura del consentimiento, como un elemento central para diferenciar y distinguir entre el libre ejercicio de la sexualidad o un acto de violencia y abuso.
Refirió que la violencia sexual es un ilícito aberrante, que reduce a la persona a un objeto, vulnera su intimidad y dignidad, lastima su seguridad y confianza, y que, lamentablemente, sucede todos los días.
En México, agregó Osorio, “en lo que va del año, se han presentado 14 mil denuncias por violación, 30 por ciento más que en 2020 y equivalen a 57 denuncias diarias”.