Washington. El gobernador de Texas, Greg Abbott, calificó de necesarios los métodos empleados por agentes de la Patrulla Fronteriza que montados a caballo golpearon con fustas a migrantes haitianos, en los límites con México, lo que generó gran indignación y la condena del presidente Joe Biden.
Los agentes estaban “simplemente maniobrando caballos”, indicó Abbott. Más aún, agregó que si algún agente pierde su trabajo, Texas lo contratará “para ayudar a asegurar nuestra frontera”. En un tuit, incluso dijo que los agentes podrían llevar sus caballos.
El republicano justificó a los guardias fronterizos durante su aparición en un programa dominical de Fox News, donde dijo que tales acciones eran necesarias porque el gobierno de Biden falla en uno de sus deberes constitucionales más básicos: “asegurar la soberanía de Estados Unidos”.
Interrogado por Fox News sobre si le preocupan las imágenes que documentaron la brutalidad contra los migrantes haitianos, Abbott respondió que no. Los agentes “no habrían estado en esa situación si el gobierno de Biden aplicara las leyes de migración y asegurara la frontera en primer lugar”, subrayó.
Entre el 9 y el 24 de este mes unos 30 mil migrantes de la nación caribeña intentaron entrar en el país y en un campamento improvisado bajo el puente internacional de Del Río se reunieron alrededor de 15 mil, señaló el diario The Washington Post.
El viernes pasado, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, anunció que fueron desalojados todos los migrantes del campamento tras un proceso de expulsiones, muy criticado no sólo por republicanos, sino también por demócratas.
Del total de haitianos, a unos 12 mil 400 se les permitió solicitar asilo o alguna otra forma de protección humanitaria. Muchos de ellos llevaban más de una década viviendo en Sudamérica, desde que el terremoto de 2010 devastó su país. Pero el gobierno de Biden expulsó a otros miles a Haití sin permitirles presentar su caso de asilo, una polémica política de la era de Donald Trump (2017-2021).
Conocida como título 42, la medida dio potestad a los funcionarios federales para expulsar rápidamente a los migrantes durante la pandemia de Covid-19, eludiendo el proceso legal para solicitar asilo.
En tanto, grupos religiosos, muchos de ellos defensores de una política migratoria más amable, tratan de ayudar a los indocumentados al tiempo que critican las duras tácticas de la Patrulla Fronteriza.
Desde que desalojaron el puente de Del Río, muchos de los migrantes han recibido ayuda de grupos religiosos en Houston y El Paso mientras buscan ponerse en contacto con familiares y patrocinadores en todo Estados Unidos.
Los críticos dicen que los esfuerzos de los activistas religiosos animan a que lleguen aún más inmigrantes. Pero quienes brindan la asistencia la ven como una extensión de su mandato religioso para ayudar a los necesitados.
“Somos apolíticos”, dijo Carlos Villarreal, un líder del área de Houston en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que ha movilizado voluntarios en un centro de transición de corto plazo en dicha ciudad para ayudar a cientos de migrantes que llegan de Del Río.
El centro de transición se estableció a principios de este año a pedido de la Casa Blanca en respuesta a oleadas de migrantes anteriores, dijo Villarreal. Proporciona a las familias un lugar para bañarse, comer y comunicarse con patrocinadores que podrían pagar sus boletos de avión o autobús y permanecer con ellos mientras su proceso migratorio avanza.
Se espera que la mayoría de los indocumentados haitianos soliciten asilo o algún otro estatus legal a los jueces de migración, pero las peticiones podrían ser denegadas y conducir a una eventual deportación.
Villarreal dijo que los migrantes relatan historias similares a la de sus padres, quienes emigraron de México en busca de una vida mejor, de no ser una carga para la sociedad. “Estas personas sólo están aquí buscando una oportunidad”.
La Organización Internacional para las Migraciones busca activamente destinos alternativos para los haitianos que se han reunido en la frontera entre Estados Unidos y México que no sea regresar a su país; se puede pedir a Brasil que acoja a algunos, dijeron fuentes del organismo a Sputnik.