Arkalochóri. Edificios derrumbados, vidrios rotos y numerosos habitantes en las calles es el paisaje que dejó un sismo de magnitud 5.8 en Creta ayer por la mañana, en el que murió una persona y otras 11 resultaron heridas.
“Salgan, no se queden en casa”, gritó María mientras salía corriendo de su vivienda dañada por el terremoto en la localidad de Arkalochóri, la más afectada.
El temblor golpeó a las 9:17 (hora local) a esta ciudad agrícola de 10 mil habitantes, ubicada a unos 30 kilómetros de Heraklion, capital de Creta, la isla más importante de Grecia.
Unas 30 réplicas siguieron al sismo, indicó el Observatorio Geodinámico de Atenas que ubicó en 5.8 la magnitud, mientras el Instituto Geológico de Estados Unidos informó que fue de 6.
En los altos de Arkalochóri, un albañil murió cuando trabajaba en una pequeña iglesia cuyo techo se derrumbó por la sacudida.
“Al menos 11 personas fueron hospitalizadas debido principalmente a fracturas”, declaró a la agencia de noticias Afp un portavoz de los servicios de emergencia.
“Es un temblor que no esperábamos”, declaró Efthymis Lekkas, presidente del organismo de protección antisísmica, citado por la agencia de prensa griega ANA.
El ministro de Protección Civil Christos Stylianides, acompañado por Lekkas y un equipo de los servicios contra catástrofes naturales (Emak) viajó a Creta.
Sólo en Arkalochóri, decenas de casas viejas o abandonadas se derrumbaron, informó Spyros Georgiou, de la oficina de prensa de Protección Civil.
El ejército y los bomberos levantaron tiendas de campaña para albergar a los habitantes que se quedaron sin techo.
Grecia está ubicada sobre fallas geológicas y los terremotos son frecuentes.
El pasado 3 de marzo se produjo un sismo en el centro del país, en Elassona, que causó un muerto y 10 heridos.
El 30 de octubre de 2020, un temblor de magnitud 7 sacudió el mar Egeo con saldo de dos muertos en Grecia y 114 en Turquía.