Ciudad de México. La expectativa de que la liquidez en las economías comenzará a reducirse más pronto de lo previsto y una posible crisis energética, enciende las alarmas y la aversión al riesgo. El dólar se mantiene presionado al alza ante las principales divisas gracias al sólido aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, que operan con una tasa cercana a 1.537 por ciento, instrumentos refugio.
La divisa mexicana arrancó la sesión de este martes con una fuerte depreciación de 1.12 por ciento frente a su similar estadunidense, equivalente a 22.18 centavos, para cotizar en alrededor de 20.3132 pesos por dólar.
De acuerdo con analistas de Monex, el dólar se fortalece a nivel mundial, debido a que se han reforzado las expectativas de que el Banco de la Reserva Federal (Fed) anuncie pronto el inicio del “tapering” (retiro de estímulos monetarios como la compra de bonos estadunidenses) y las señales de que la tasa interés podría aumentar antes de lo proyectado. En consecuencia, las monedas emergentes siguen depreciándose, a pesar de que el precio del petróleo continúa al alza.
Asimismo, la crisis de energía en Europa está retumbando en el mundo por el riesgo de un efecto dominó de mayor inflación a nivel mundial.
"Los países de Europa resienten presiones en el suministro de energía con el riesgo de que esto se convierta en un problema global. En Estados Unidos, los precios del gas natural están en su nivel más alto en siete años y medio. Se suman las presiones de falta de chips y alza del petróleo, explicaron especialistas de Ve por Más.
La Bolsa Mexicana de Valores (BMV), a través del Índice de Precios y Cotizaciones (IPC), retrocedió en los primeros minutos de la jornada, en línea con Wall Street, 0.54 por ciento, a 51 mil 331.17 puntos.
En tanto, los mercados accionarios en Estados Unidos retroceden; el Nasdaq es el que se lleva la pérdida mayor con una caída de 1.65 por ciento, el S&P 500 cede 1.0 por ciento y Dow Jones, 0.54 por ciento.
Por otra parte, el gobierno chino está alentando a las empresas estatales y a varias inmobiliarias respaldadas por este a adquirir algunos de los activos de la empresa Evergrande.