Shanghái. China se enfrenta a una creciente presión para importar más carbón que garantice que las luces seguirán encendidas, las fábricas abiertas y el agua fluyendo, en momentos en que una grave escasez de energía golpea el corazón industrial del noreste.
La escasez de electricidad provocada por una falta de carbón, que ha mermado gran parte de la actividad del sector, empujó al gobernador de la provincia de Jilin, una de las más afectadas de la segunda economía del mundo, a pedir más importaciones de carbón.
Una asociación de empresas eléctricas dijo que el suministro se estaba ampliando “a cualquier precio”.
Los medios de comunicación y las redes sociales publicaron informes y mensajes en los que se decía que la falta de energía en el noreste había apagado semáforos, ascensores de edificios y la cobertura de la telefonía móvil 3G, además de provocar el cierre de fábricas.
Goldman Sachs estimó que hasta 44 por ciento de la actividad industrial de China se ha visto afectada por la escasez de energía, lo que podría causar un descenso de un punto porcentual del crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) en el tercer trimestre, y una caída de dos puntos porcentuales de octubre a diciembre.
En una nota publicada el martes, el banco recortó su previsión de crecimiento del PIB de China para 2021 de 8.2 por ciento a 7.8 por ciento.
La escasez de energía se ha producido por falta de suministros de carbón, el endurecimiento de las normas sobre emisiones de gases de efecto invernadero y la fuerte demanda de la industria.
Los futuros del carbón térmico en China alcanzaron un récord de mil 330 yuanes (205.68 dólares) por tonelada el martes.
Desde la semana pasada se han aplicado racionamientos durante las horas punta en muchas partes del noreste de China, lo que ha provocado que los medios de comunicación estatales informen de interrupciones del suministro eléctrico en muchas ciudades, que han avivado la preocupación en las redes sociales.