Londres. La UEFA anuló una acción disciplinaria contra los clubes que buscaban crear la Superliga: Real Madrid, Barcelona y Juventus después de que un tribunal de Madrid dictaminó que el organismo rector del futbol europeo no debería sancionar a los equipos rebeldes.
El ente regulador del balompié en el viejo continente había abierto una investigación contra los tres clubes, pero en junio suspendió el procedimiento tras ser notificada por las autoridades suizas de una orden del juzgado mercantil de Madrid obtenida por la entidad jurídica European Super League Company SL. El último paso de la UEFA fue declarar nulo el proceso.
Anunció: “en la cuestión relacionada con una posible violación al marco jurídico de la UEFA en conexión con la llamada Superliga, el Comité de Apelación de la UEFA ha declarado hoy la nulidad del procedimiento, como si éste nunca se hubiera abierto”.
Se mantiene la posibilidad de que el proceso para imponer una medida disciplinaria se inicie de nuevo posteriormente. De momento, la decisión se produce luego de que un juez español dio a la UEFA, la semana pasada, cinco días para confirmar si acataría el fallo de la corte y no impondría sanciones a los equipos por su participación en la Superliga debido a que enfrentaban una posible prohibición de participar en la Liga de Campeones.
Su caso también fue notificado por el juez de Madrid al Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo. El plazo para presentar alegaciones vencía el próximo mes.
La Juve, el Barça y el Real son los únicos de los 12 clubes que se inscribieron en la Superliga en abril que no se distanciaron del proyecto de ruptura que se desmoronó cuando los seis equipos ingleses más el Inter de Milán, el AC Milan y el Atlético de Madrid se retiraron.
En julio, el Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid orde-nó que se retiraran todas las sanciones económicas y deportivas contra los miembros fundadores de la Superliga, incluido el dinero que debían pagar los otros nueve clubes que habían acordado dar 22 millones de libras (30,09 millones de dólares) a la UEFA como un “gesto de buena voluntad”.